Omaña es una comarca histórica de la provincia de León que la encontramos entre la Cordillera Cantábrica y los Montes de León, formada por los municipios de Murias de Paredes, Riello, Valdesamario, Las Omañas y parte de Soto y Amío.
Es un territorio con paisajes espectaculares que hacen que te pierdas en el tiempo; no en vano la Unesco ha declarado Reserva de la Biosfera a los Valles de Omaña y su vecino el de Luna.
Omaña también es el nombre del río que la atraviesa y que es uno de los más hermosos de la provincia de León conservando su belleza natural, sereno en tramos y salvaje en otros, truchero por excelencia y al no estar regulado por ninguna presa, crece libre a su paso cambiando totalmente su aspecto con las crecidas.
Se dice que su nombre proviene de los cronistas romanos que consideraban esta tierra como de hombres dioses infernales, los homines manium, por su carácter indómito y sus constantes asaltos y embestidas.
Te daré algunas ideas de lo que puedes ver en el Valle de Omaña. Nosotros hicimos un road trip, o sea una ruta en coche, desde la parte este de la comarca, en Las Omañas hasta La Omañuela siguiendo la ribera del río Omaña que es un auténtico espectáculo.
Senda de las antiguas minas de oro romanas
Comenzamos en el pueblo de Las Omañas con una sencilla ruta por pistas bastante amables por si quieres llevar el coche (claro, que no sea época de lluvias sino la cosa cambia) aunque lo más recomendable es dedicarle tiempo y hacerla andando o en bici.
Una vez pasado el pueblo y cruzado el puente sobre el río, nos encontraremos con una gravera y ya verás las indicaciones hacia la ruta. Hay varias ya que la ruta es circular.
Se trata de "Las Médulas de Villaviciosa" porque Villaviciosa de la Ribera aquí linda con Las Omañas, aunque realmente son más conocidas como "Las Miédolas". Minas romanas construidas a cielo abierto para extraer oro.
En León hay magníficos ejemplos de los 3 principales sistemas de explotaciones auríferas romanas, la ruina montium, la explotación en peines y la explotación en zanjas-canal.
A todos se nos viene a la cabeza la gran explotación de las Médulas de El Bierzo, en ese caso la extracción la realizaron por el sistema de ruina montium, en este caso de Villaviciosa sería por explotación en surcos o arado en peines.
El agua era traída hasta aquí por canales desde las fuentes del área de Ponjos y Escuredo, era almacenada en un gran estanque situado en la parte mas alta para luego dejarla bajar con fuerza por los surcos realizados por los trabajadores, lavando así lo materiales más gruesos y arrastrando un lodo rico en polvo de oro hasta los canales de concentrado, donde la corriente de agua perdía velocidad y permitía que el oro se depositara mientras el agua seguía arrastrando los materiales más ligeros.
Se pueden ver claramente, a pesar de la vegetación, las lomas de material sedimentado y el lecho por donde bajaban las aguas. Y no dudo que las pistas por las que vamos avanzando, fuesen abiertas para la extracción de materiales.
Ya llegando a la cima verás un mirador con un panel informativo en el que te explica detalladamente todo el sistema de extracción de oro utilizado por los romanos en estos montes.
Y es precisamente desde ahí arriba desde donde se aprecia mejor el sistema de arado por peines que antes os comentaba.
Siguiendo nuestro camino iremos a dar nuevamente a la gravera que vimos al principio. Fijaros bien en los márgenes de las pistas ya que se puede ven en tramos el trazado perfectamente marcado de la antigua calzada realizada por los romanos para llegar hasta aquí.
La Peña de La Fortuna
Continuamos nuestra ruta por La Utrera para coger luego la carretera LE-451, casi siempre paralelos al río Omaña, hasta llegar la La Peña de La Fortuna. Con ese nombre no nos podemos resistir a una parada para investigar 😀
Hay un desvío en la carretera por el que te puedes meter sin problema y verás la famosa peña rápidamente, que en su parte superior está llena de pequeñas piedrecillas, y es que según la tradición quien pasaba por allí debía tirar una piedra y pedir un deseo para seguir tranquilo el camino.
Estamos en un cruce de antiguos caminos entre Trascastro y La Garandilla, siguiendo la ruta que unía Madrid y Asturias y atravesaba toda la comarca, y en la Cañada Real de la Vizana, una de las cañadas reales de la trashumancia.
Trascastro de Luna
Trascastro es un pequeño pueblo que pertenece al municipio de Riello. En el cruce de la carretera por la que vamos, nos llamará la atención una vieja espadaña que pertenecía a la vieja Iglesia de San Antonio. Ahora es simplemente un pequeño cementerio.
En la colina que vemos ahí a la izquierda está el Castillo de Trascastro, bueno mejor dicho, lo poco que queda de él.
Fue una de las fortalezas integradas en el sistema defensivo de la frontera contra los musulmanes en tiempos del reino astur leonés. Perteneció a la Casa de Trastámara siendo su señor en el siglo XIV D. Tello, hermano de Enrique II. Tras la guerra pasó a manos de Pedro I El Cruel, quien a su vez lo cedió a D. Suero Pérez de Quiñones en reconocimiento a los servicios prestados en la contienda. Algunos años después, el rey mandó demoler el castillo por su enfrentamiento con los Quiñones, quedando apenas las ruinas de lo que pudo ser su torreón.
Riello
Si tenías pensado en parar para tomar un café o comer, éste es el lugar ideal. Riello es el pueblo más grande de esta zona y al menos hemos visto 2 bares que también sirven comidas.
Además de recibirnos en la plaza la Iglesia de San Juan Bautista, enfrente está el Ayuntamiento y la oficina de la Reserva de la Biosfera Valles de Omaña y Luna.
Una indicación en la carretera nos recuerda que por aquí pasa el "Camino Olvidado" a Santiago, una ruta menos conocida y con la ventaja que no está tan transitada. La ruta parte de Bilbao y se incorpora con el Camino tradicional a la altura de Villafranca del Bierzo. Fue muy importante en el siglo XII, pero con la llegada del Camino Francés, empezó a caer en desuso.
Las etapas que recorren el Valle de Omaña son la 17 y la 18, y la parada se realiza en el bonito pueblo de Fasgar, con sus tejados de pizarra que lo hacen característico en la zona.
Playa fluvial de Castro de La Lomba
Cogiendo la carretera que nos lleva al pueblo de Castro de La Lomba, justo al pasar el puente sobre el río Omaña, hay una gran área recreativa con zona verde, barbacoas, mesas y bancos para comer y zona acondicionada para el baño. Aunque por aquí las aguas del Omaña van bastante fresquitas, se agradecen en los días de calor estival.
La Omañuela
Y al fin llegamos al pueblo más bonito (al menos a mí si me lo parece) de todo nuestro recorrido, La Omañuela. No tiene pérdida está bien señalizado desde Riello y el cruce que hay que coger en Pandorado.
Después de bajar la estrecha carretera que nos conduce hasta el fondo del valle, sabemos que algo mágico nos espera... y así es! el pequeño pueblo donde el tiempo se ha detenido 🕐 con casitas que aún guardan esa esencia de la arquitectura tradicional
Paseando por el pueblito hemos visto el letrero de una casa rural 💒 una buena idea para desconexión total.
Al pasar por la iglesia llegarás al río, el Omaña claro 😀, y tras el puente hay una zona preciosa en plena naturaleza que parece que te transportas a otro lugar.
Desde aquí se ven varias sendas, qué pena que no nos de tiempo de explorar algo más!
Aquí en verano, cuando el agua del río es más escasa, se forman una pozas que hacen la delicia de vecinos y visitantes para pasar el calor.
Pero las piscinas naturales de La Omañuela las encontrarás también un poco más arriba, donde los más pequeños juegan a deslizarse por sus lisas piedras como si fueran toboganes. Toda esta zona de verdad que es preciosa y este pueblo es digno de un cuento.
Ruta de las Zancas
Una de las rutas que te he comentado antes es la Ruta de las Zancas que partiendo de aquí llega hasta Folloso. Es el antiguo camino que usaban los comerciantes y lleva el nombre de las zancas que se usaban para cruzar el río sin mojarse cuando todavía no había puentes o durante las crecidas el agua los destruía.
Para sortear el agua los ribereños emplearon
tradicionalmente este artilugio que hacían con dos palos largos y rectos, a ser
posible de negrillo (olmo), con una horquilla en medio donde, con varas de palera
(sauce), se trenzaba el asiento para el pie. Las varas debían cortarse en invierno,
cuando la savia está baja, para que pudieran trabajarse mejor y no se partieran al
doblarlas.
Foto: Asociación Cuatro Valles |
Casi toda la gente mayor de esta zona las ha usado y las recuerda. Además en el pueblo de Trascastro fue uno de los últimos sitios que las usaron por carecer de puente hasta 1998.
*** Descubre más cosas que ver por la zona: AQUÍ
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