La villa de Portomarín es un punto clave de paso de peregrinos en el Camino Francés y Camino del Norte a Santiago de Compostela y además es una de las puertas de entrada a la afamada zona de la Ribeira Sacra.
Pero quizá su fama más reciente se debe a su desaparición bajo las aguas del río Miño con la construcción en los años 60 del Embalse de Belesar.
Ya que contaba con gran patrimonio, y tras largas luchas, se decide construir el pueblo nuevo de Portomarín en una zona más elevada, trasladando así piedra por piedra la Iglesia románica de San Juan, la de San Pedro, el arco del puente romano, la capilla de las Nieves, el Pazo del Conde de la Maza y el Pazo de Berbeteros.
El Portomarín que vemos ahora es un pueblo nuevo pero su estructura, sus casas y plazas, nos recuerdan a una villa medieval.
Qué ver en Portomarín
Arco del Puente romano y Capilla de las Nieves
La visita a la villa comienza junto al arco trasladado del puente romano del siglo II cuyos restos se encuentran bajo las aguas del embalse.
Desde ahí, tienes que subir la escalinata para llegar a la Capilla de las Nieves y no olvides de darte la vuelta para ver las vistas hacia el río desde ahí. Ésta era la capilla del viejo hospital de peregrinos de la Orden de San Juan conocido como el Domus Dei.
Es una zona muy concurrida, ya que todos los peregrinos quieren hacer la foto de rigor 📷 al ser final de la etapa que comenzaron en Sarria, bueno, peregrinos y no, ya que yo también he parado para hacerla 🤭
Se dice que en el siglo XII la reina de Castilla, Doña Urraca, mandó destruir este puente sobre el río Miño para que no pasaran las tropas de su marido el rey Alfonso el Batallador, mandándolo reconstruir años después.
Iglesia de San Nicolás
Durante la Edad Media, la villa adquiere gran importancia al ser paso obligado de peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela. Para hacerse cargo de su hospital llegaron los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII e impulsan la construcción de la Iglesia de San Juan, hoy conocida como San Nicolás.
Tiene aspecto de fortaleza con torres, almenas, de una sola nave y ábside semicircular. Se le atribuye su construcción a algún colaborador del Maestro Mateo.
En su fachada principal que da a la plaza de la villa -Plaza Conde de Fenosa-, tiene un gran rosetón y una portada románica preciosa con una versión del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago. Si te fijas verás que algunas de sus piedras están numeradas, y es de cuando fue trasladada desde el Portomarín viejo.
En la parte de atrás de la iglesia está el Cruceiro de San Nicolás, peculiar porque tiene un cristo por los dos lados y no como es habitual en una de ellas a la Virgen.
Estamos en la principal plaza de la villa donde también está situado el Ayuntamiento en el Pazo del Conde de la Maza, también trasladado hasta aquí para salvarlo de la inundación, con la Oficina de Turismo y centro de sellado de credenciales de los peregrinos.
Iglesia de San Pedro
Siguiendo por la calle Fraga Iribarne, a continuación del Parque Antonio Sanz, está la Iglesia de San Pedro. Otro de los monumentos trasladados del Viejo Portomarín, de la que solo se conserva su portada principal románica.
Mirador de San Pedro
Cruzando por el Puente Nuevo el río Miño hacia lo que era el Barrio de San Pedro, enseguida nos encontraremos con este mirador hacia el pueblo donde podrás ver algunas fotos del antiguo Portomarín y la Campana de La Libertad, que todo peregrino debe tocar a su llegada.
Bajo las aguas del embalse
Si cuando vayas a Portomarín te coincide que el nivel del agua del embalse está bajo, podrás ver el Puente Viejo que está situado justo debajo del nuevo. Hay varios caminos por los que te puedes acercar hasta sus cimientos, y de verdad que impresiona que todavía se mantenga en pie.
Antigua aldea de Loio
Siguiendo la misma carretera hacia Paradela nos encontramos con el río Loio que desemboca en el Miño con sus aguas todavía retenidas por el Embalse de Belesar.
En su tramo final el Loio hace un meandro con una lengua de tierra en medio donde estaba situada la antigua aldea de Loio, cuyos restos podemos ver si las aguas lo permiten.
Como los restos del cementerio,
puente y restos de algunas edificaciones de la aldea.
Comer y dormir en Portomarín
Como he dicho antes, Portomarín es pequeño pero la afluencia de peregrinos supone uno de los principales motores económicos de la villa y esto se traduce en una buena oferta de albergues, pensiones y hoteles, bares y restaurantes.
No os puedo recomendar ninguno en concreto ya que solo nos limitamos a tomar un café ya que estábamos de paso, pero te dejo el enlace del Concello con toda la oferta que hay Alojamientos en Portomarín
ℹ Lugo
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