En el municipio de Espadañedo situado en la comarca zamorana de Sanabria-La Carballeda, se encuentra el yacimiento arqueológico romano de Castro-Mina Los Corralones.
No es un ejemplo aislado, ya que por la zona se pueden ver más restos de explotaciones mineras en busca de oro del tiempo de los romanos que estuvieron realizando prospecciones en las cuencas de los ríos Eria, Duerna, Tera, llegando incluso hasta el Duero por el sur y al Sil hacia el norte.
En este caso la mina está a orillas del Arroyo de Las Llagas. Se trataba de un yacimiento secundario datado del siglo II d.C., formado a partir de alteraciones de los yacimientos primarios donde se encontraban sedimentos con concentraciones de oro.
Para este tipo de extracciones el agua era imprescindible puesto que era utilizada para lavado de sedimentos mediante canales y terrazas donde desechaban residuos estériles y recuperaban las pepitas de oro.
En este lugar, como en muchos otros, era necesaria gran cantidad de mano de obra para construir canales de desviación, depósitos, encauzar las aguas hacia las zonas de limpieza y luego hacia el río de nuevo, bateo de aguas, retirar piedras acumuladas... por ello, realizaban asentamientos cerca de las minas.
En Los Corralones se sabe que había un castro utilizado primero por los astures y reaprovechado luego por los romanos.
La ruta hacia el yacimiento comienza a orillas de la carretera donde ya vemos un cartel de madera indicativo. Tras una pista de tierra bien marcada de 800 metros, veremos más carteles informativos y el comienzo de la ruta circular señalizada con flechas amarillas, por el alto de canales de extracción y abastecimiento de agua.
Según he leído en la página de turismo de Sanabria, la zona fue acondicionada en el año 2013 con fondos de la Unión Europea por la Junta de Castilla y León, la Diputación de Zamora y la asociación ADISAC – La Voz. Y como siempre comento lo bueno y lo malo de los sitios 😔 en este caso le toca punto negativo❌.
Lo único que vemos ahora de esa recuperación como patrimonio histórico y arqueológico, son los carteles informativos de madera que aún persisten, ya que la mayoría de los caminos están cerrados por la vegetación y apenas se ven las flechas a seguir.
En realidad la senda circunvala toda la mina. Apenas se pueden vislumbrar por la maleza algunos canales con depósitos de piedras que lo formaban.
Atravesando uno de los canales subimos a un altiplano donde estaría situado el poblado que estaba dotado de una muralla defensiva en piedra y doble foso que llegó a tener 30 metros de profundidad.
Una pena que un recurso turístico para la zona como podría ser esta ruta por el patrimonio histórico y cultural, se mantenga en este mal estado después de haber invertido un dinero en su día.
El cercano Campamento Romano de Petavonium en Rosinos de Vidriales (del que os he hablado en ESTE POST), sería un punto estratégico de control y vigilancia de todas las minas de oro de la zona.
** Cómo llegar:
Al pie de la carretera ZA-125 entre Espadañedo y Muelas de los Caballeros, está el cartel de inicio de ruta
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