Ruinas del Castillo de Castrotorafe


A orillas del río Esla en la comarca zamorana de Tierra del Pan, se encuentran las ruinas de lo que fue una fortaleza medieval de gran importancia, que no solo albergaba el castillo, ya que en ella había una villa y contaba con muralla, iglesia y puente.

El Castillo y despoblado de Castrotorafe es Monumento Nacional desde 1931 y B.I.C. desde 1949, sin embargo todo el conjunto está en riesgo de desaparición , ya que los pocos restos visibles existentes en la actualidad están expuestos a las inclemencias del tiempo y a la falta de consolidación de los mismos. 

En 2009 la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León autorizó la consolidación de la esquina noroeste del castillo,​ aunque siguieron los derrumbes como el del año 2010 de uno de los cubos del castillo. Actualmente la zona del castillo se encuentra con una valla perimetral metálica y hemos visto algunos andamios en uno de los cubos, pero sin trazas de continuación de obras.


El acceso al recinto amurallado se hace a través de una pista de tierra que parte de la Nacional 630 que se dirige a Fontanillas de Castro, siendo lo primero que vemos los restos de lo que pudiera ser una de sus puertas de entrada. Por aquí pasa el camino de peregrinación hacia Santiago de Compostela de la Vía de la Plata como podemos ver en 2 monolitos homenaje de piedra, también en la entrada.  

La villa ocupaba una extensión de 4709 m2 y estaba protegida por una muralla de piedra de más de un kilómetro que se extendía de manera irregular siguiendo los desniveles del terreno, estando el castillo en la parte noroeste. Solo quedan ruinas de algunos lienzos.  

Se conservan algunas partes almenadas, parte del foso, restos de los cubos y restos de la puerta que daba hacia el río y el puente medieval.

En este primer espacio se conservan los restos de la iglesia que estaba dedicada a Nuestra Señora del Realengo, de una sola nave y que fue saqueada por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Los retablos e imágenes supervivientes se encuentran en San Cebrián y Fontanillas.

Consta en algunos escritos que en el año 1750 todavía se celebraba misa en la iglesia, ya que se conservó muchos años después como la ermita de la Virgen del Realengo.


La villa fortificada se levantó con el fin de reforzar este paso estratégico sobre el Esla entre León, Castilla, Galicia y Portugal, escenario de contiendas sucesorias y civiles entre los siglos XII y XV.

Según restos encontrados del Paleolítico y romanos, se sabe que este lugar estuvo habitado desde la antigüedad, pero no sería hasta 1129 cuando a Alfonso VII se le concede el fuero de Zamora y hay documentación escrita.

En 1157, tras la separación de los reinos de León y de Castilla, su población creció y sería Fernando II de León el encargado de su auge, entregándola a la Orden de Santiago en 1176.

Con la unión de los reinos de Castilla y León, a partir de 1230, la villa va perdiendo importancia hasta que a finales del siglo XIII se vio envuelta en las disputas relacionadas con la sucesión de Sancho IV de Castilla; siendo uno de los hechos más relevantes la sublevación del infante Don Juan (hijo de Alfonso X el Sabio), que se refugió aquí y es a quien se le atribuye la construcción del castillo.

En el siglo XIV Alfonso XI la mandó repoblar de nuevo, y es en esta época cuando se refugian en ella Juan de Alburquerque antes de huir a Portugal y luego es arrasada como castigo a su apoyo.

En el XV, durante la Guerra de Sucesión Castellana que enfrentó a Isabel la Católica y Juana de Castilla "la Beltraneja", la villa es asediada por Alfonso V de Portugal, llegando a un acuerdo con los Reyes Católicos para entregar la villa a Alfonso Enríquez, conde de Alba de Aliste.

La villa entró en declive a finales del siglo XV cuando ya no contaba con más de 14 vecinos; se sabe que en 1515 tenía 11 y ya estaba despoblada en el siglo XVIII.

Castillo

En la parte norte del recinto están los restos del castillo realizado en mampostería compuesto por 2 recintos, foso en parte sur, ya que la norte tenía la defensa natural del acantilado, 4 cubos distinguiendo en algunos de ellos ventanas artilleras, y los restos de una torre cuadrangular que correspondería con la Torre del Homenaje. 

El recinto exterior es de menor altura y data del siglo XV, el interior es obra del XIII o XIV.

Tenía 2 puertas, una para acceder a la villa y otra para acceder al puente y al río. En su interior hubo edificios incluso de dos plantas, divididos por numerosas estancias, tanto señoriales como auxiliares. 

Se reparó y amplió a principios del XVI por orden de los Condes de Benavente, siendo paralizadas las obras hacia el 1538 debido a las multas impuestas por la Corona. 

Los peritajes realizados en los siglos XVII y XVIII a instancias de la Corona, revelan el lamentable estado del conjunto fruto de la  dejación de los comendadores. A principios del siglo XIX el alcaide de la fortaleza residía ya en Cebrián de Castro. 

Puente medieval

Sobre el río Esla estaba el puente medieval del que apenas quedan algunos de sus pilares, que hemos tenido la suerte de poder ver por la sequía de este año 2022, ya que este tramo de río coincide con la cola del Embalse de Ricobayo.

Este puente se construyó en el siglo XII y contaba con 12 arcos. 

Como ya os he comentado, era de mucha importancia, y como ejemplo os diré que Urraca de Portugal (viuda de Fernando II) destinó la mitad de los beneficios de portazgo que se pagaba por pasar por él, a la ampliación del claustro de la Catedral de Zamora.

Se derrumbó en el siglo XVI y fue uno de los principales factores del despoblamiento de la villa. 


Cómo llegar:

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