Mirador de la Cruz de Ermelo

 

En el punto más alto de los Montes de Ermelo en Bueu, a unos 400 metros de altitud, está la Cruz de Ermelo de unos 7 metros de altura realizada en piedra en 1950 con buenas vistas a la ría.


El lugar también es conocido como Alto da Esculca y una vez pasado el pueblo, nos encontramos con un área recreativa y una gran explanada en la que resalta en lo alto, sobre unas rocas, esta enorme Cruz de Santiago realizada por el cantero Cesáreo Sanmartín.

Las vistas desde aquí arriba cada día se tapan más por culpa de los árboles, que en su mayoría son eucaliptos por desgracia, aunque también abundan carballos y castiñeiros. 

En un principio fue pensada para albergar un faro; fue montada por partes incrustadas en un hierro sobre un pedestal de piedra natural formado por una gran roca. Delante de ella hay un pequeño altar que se utiliza en la fiesta del día de Santiago Apóstol, cada 25 de julio.

Desde aquí se pueden iniciar varias rutas de senderismo, entre ellas está el sendero de 12 kilómetros que recorre los montes de Ermelo y de A Paralaia. 

Ya que estamos aquí merece la pena visitar la aldea con su Iglesia de Santiago, que aunque a simple vista parezca poca cosa, formó parte de un antiguo monasterio del siglo X que se cree que fue destruido tras una invasión vikinga en el 1104.


Hoy en día lo único que podemos ver la primitiva construcción es la pared y las escaleras de acceso a lo que pudieron ser las dependencias monásticas y su iglesia reconstruida en el siglo XVIII en estilo barroco.

La primitiva iglesia fue construida en el año 1104 según consta en una losa interior que hoy vemos dividida en 2 a los lados de la capilla mayor. Se trata de la única inscripción epigráfica con una datación completa que alude al Arzobispo Xelmírez como restaurador. 

De la iglesia prerrománica anterior a la remodelación de 1104 quedan pocos restos, como un medallón incrustado en la pared de la sacristía y un fragmento de inscripción visigótica. 

La restauración dio lugar a un pequeño templo románico del que quedan vestigios como la cruz tallada en la pila bautismal. 

Tuvo su apogeo en los siglos XII y XIII contando con 6 monjes. Su anexión como priorato al Monasterio de Poio en 1491 supuso su decadencia y posterior desaparición.

El propio Padre Sarmiento en su viaje a Galicia en 1745, ya relata que llegó hasta este priorato consultando documentación en el Monasterio de Poio, en el que había más de 600 pergaminos en los que se habla de concesión de fueros y donaciones de la nobleza local, que en la actualidad se localizaron 20 estando depositados en el Archivo Histórico Nacional. 

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