Dentro de la programación de la Semana Santa de la ciudad leonesa de La Bañeza, se encuentra la fiesta y Procesión del Santo Potajero el día de Miércoles Santo, donde se mezclan los actos religiosos con fiesta popular gastronómica declarada de Interés Turístico Provincial.
Esta tradición del Santo Potajero se remonta al año 1615 cuando los Estatutos de la Cofradía decían que se tenían que dar 3 comidas a los presos pobres al año en las Pascuas: Navidad, Resurrección y Pentecostés. Costumbre que se fue cambiando y ahora se celebra el día de Miércoles Santo, repartiendo potaje de garbanzos con arroz y bacalao, una pasta, una naranja y un trozo de pan a todo el mundo que se acerque.
Este año 2022 se repartieron unas 5000 raciones que incluían, entre otros ingredientes, unos 310 kilos de garbanzos, 220 de bacalao, 120 de arroz, unas 300 barras de pan y 325 kg de naranjas.
Todo ello se empieza a preparar una semana antes por miembros de la misma cofradía, para que todo esté listo para encender los fuegos antes del comienzo de la Misa a las 9 de la mañana.
A continuación y tras la bendición del potaje al canto de "Santo Potajero llename el puchero, llénamelo más que está por la mitad" sale la procesión que se retomó hace 16 años tras estar suspendida durante 30, recorriendo las calles aledañas de la Capilla donde los niños son los protagonistas.
La procesión tiene como punto de partida y final la Ermita de las Angustias de La Bañeza que data de 1598, mandada construir por Juan de Escobar según reza en una placa en la puerta de la misma.
Se ha reformado en varias ocasiones y uno de sus cambios ha sido el suelo, ya que por reformas en las calles y carretera colindantes la ermita ha quedado a más bajo nivel como la vemos ahora, y es que estaba metro y medio más baja que ahora.
En ella se custodian imágenes de gran valor como la Virgen de las Angustias, el Cristo de la Columna, Cristo yacente y la Oración del Huerto, algunas del siglo XVII.
El paso con la imagen del Santo Potajero por supuesto que no es la más bonita de La Bañeza, ni siquiera la de más valor, ya que hay pasos realmente grandes y bonitos. Pero ésta es la procesión de los niños, eso tiene de especial. Desde bien pequeñitos ya van vestidos con la túnica de la cofradía para seguir la tradición.
Una vez terminada la procesión, se reparten los números para recibir la ración de potaje donde la gente acude con una tarterita o recipiente para buscar la suyas y llevarlas a casa, aunque también hay muchos que prefieren tomárselo en la calle en los jardines cercanos.
Capilla de Las Angustias:
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