Todo el parque ocupa 50.000 metros cuadrados, fue declarado Bien de Interés Cultural en 1994.
Junto a la entrada, al lado del aparcamiento vemos el primer edificio del Museo del Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres que fue inaugurado en 1995 aprovechando un bunker de la Guerra Civil española y forma parte de los museos arqueológicos de Gijón, junto con las Termas Romanas de Campo Valdés y la Villa Romana de Veranes.
Su horario es de Octubre a Marzo de 10:00 a 17:00 de martes a domingo y de abril a septiembre de 10:30 a 19:00 horas. Su entrada es gratuita.
En él encontraremos información sobre la prehistoria asturiana, exposiciones sobre arqueología, restos encontrados en las excavaciones del castro, maquetas, biblioteca y salas audiovisuales.
Comenzando la senda peatonal hacia el faro, vemos varias partes del recinto amurallado y subiendo hasta el cerro que se encuentra a nuestra derecha, tenemos un mirador hacia el puerto de El Musel y la bahía de la ciudad de Gijón.
A 450 metros ya encontramos el yacimiento o Castro de Noega más conocido como Castro de La Campa Torres que estaba dentro del recinto fortificado.
Se trataba de uno de los castros de mayores dimensiones de la costa asturiana. Su origen se remonta a los siglos VI y V a.C. y sus habitantes se dedicaban principalmente a la metalurgia. Posteriormente fue romanizado y su gente se fue desplazando hasta el barrio de Cimavilla hasta su total despoblación.
En el recorrido por el poblado podemos distinguir el foso, muralla, pozo de agua de manantial y viviendas siendo algunas circulares prerromanas, otras elípticas y otras con planta rectangular que ya serían del periodo romano.
Se excavó por primera vez en 1783 a petición de Gaspar Melchor de Jovellanos y desde 1982 se comienzan excavaciones periódicas bajo la dirección de José Luis Maya y Francisco Cuesta Toribio.
Además el Parque cuenta con un observatorio de aves y todo el recorrido es un amplio mirador hacia el Cantábrico, el puerto de El Musel como os he comentado y hacia los depósitos de carbón de Aboño.
Junto al segundo edificio del museo hay una recreación de una cabaña astur y una vivienda romana.
Tras el edificio del museo se conserva la antigua linterna del faro junto a otro mirador.
Seguimos la pista asfaltada y tras bajar unos 300 metros está el Faro del Cabo Torres, construido en 1923 empezando a funcionar un año más tarde y en los años 80 es automatizado.
Desde el año 2005 el Faro también forma parte del Parque Arqueológico con una exposición permanente sobre la historia de la bahía de Gijón en su planta baja, y en su planta alta la sede de la Biblioteca arqueológica Manuel Fernández-Miranda y oficinas de los Museos Arqueológicos de Gijón.
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