En el municipio pontevedrés de Portas se encuentra el edificio recuperado de lo que fue una de las tantas azucareras que se instalaron en España a comienzos del siglo XX, cuando empresarios del azúcar de caña cubanos repatriados vieron una buena oportunidad de negocio al perderse la colonia de Cuba.
Las viejas instalaciones fabriles fueron adquiridas y recuperadas por el ayuntamiento en el año 2003 para convertirla en un complejo cultural como atracción turística, instalando una guardería, un centro de día, auditorio, salas de exposiciones y un pabellón anexo con piscina, canchas de tenis y parque biosaludable.
Lo más llamativo del conjunto es tu espectacular chimenea de ladrillo de 65 metros de alto a la que se ha instalado una escalera exterior y un ascensor interior para acceder a la cima donde hay un mirador panorámico. Las vistas al valle del Salnés desde ahí arriba tienen que ser impresionantes, pero lamentablemente a fecha de nuestra visita (septiembre 2021) permanece cerrado y con trazas de llevar así algún tiempo por la vegetación que la rodea.
En uno de los laterales del edificio hay un gran aparcamiento asfaltado y se puede contemplar en todo su perímetro, pero eso sí, por fuera. Todas las puertas están cerradas y parece que llevan así algún tiempo.
Sus muros originales se conservan con sus llamativos huecos de unas 100 ventanas con las que contaba originalmente.
Tan solo destacar un gran pabellón anexo de chapa que lo afea un poco.
A la izquierda del edificio hay un gran parque y se puede ver uno de los grandes pozos, ahora acondicionado y tapiado, realizados para la fábrica apodado por los trabajadores como "la Plaza de Toros" de unos 6 metros de diámetros y contaba con 13 de profundidad.
Otra importante obra realizada fue un túnel de 30 metros de largo que atraviesa el edificio, desde el pozo de agua de la entrada hasta las bombas, apodado por los trabajadores de la época como "Calvario" por su dificultosa construcción. Suponemos que se trata del que se puede ver todavía en la entrada del edificio, que aunque con bastante maleza, todavía se oye el rugir del agua que sería desviada desde el cercano río Chaín.
En la parte trasera, tras el pabellón de la piscina, está el trazado de la vía de ferrocarril que se realizó para el transporte de material hasta la estación de Portas, donde concluye la Vía Verde do Salnés tras 9 kilómetros desde Vilagarcía de Arousa.
** Un poquito de historia**
En febrero de 1899 se constituye la "Sociedad Azucarera Gallega de Portas" siendo su inauguración oficial con la colocación de la primera piedra en junio del mismo año.
Tras perderse la guerra contra Estados Unidos y la colonia de Cuba, el Gobierno fomentó la plantación de remolacha y la instalación de fábricas azucareras por todo el territorio español. En Galicia había 2, una era la de Portas y otra en Padrón.
A finales de 1899 se le concede la autorización a la empresa para hacer un ramal de la vía de ferrocarril para unir la fábrica con la estación de Portas, y en enero de 1900 obtienen el permiso para aprovechar agua del río Chaín.
El 20 de octubre de 1900 comenzó a funcionar la fábrica tras 16 meses de obras, con su gran maquinaria de vapor convirtiendo la raíz de la remolacha en azúcar con sus distintas fases de producción.
Para suministrar la fábrica se contaba con remolacha cultivada en los campos cercanos además de la traída desde Caldas, Lugo, Redondela, Ferrol, Tui y el valle del Louro, Pobra do Caramiñal, Ribeira e incluso Vigo.
Ambas fábricas tendrían poco tiempo de vida ante la falta de materia prima, la remolacha, ya que los campesinos gallegos eran reticentes a perder sus cultivos de maíz y patatas tan importantes para su subsistencia.
A los agricultores se les explicaban los beneficios del cultivo de remolacha; les entregaban una cartilla con instrucciones de cómo cultivarla, se les daban las semillas y abonos gratis, y se le ofrecía maíz importado de Gran Bretaña a precio reducido para su alimentación mientras el nuevo cultivo de remolacha no diese frutos. Pero todo esto no fue suficiente.
A pesar de su corta vida, llegaron a ser de las principales industrias de la época con personal y maquinaria traída directamente de Alemania.
Durante su construcción, un grave accidente terminó con la vida del ingeniero alemán Herr E. Jurgues al caérsele encima una viga del techo.
A principios del siglo XX había en España más de 40 fábricas de azúcar, lo que abarató los precios por exceso de producción. La Junta de Accionistas de la fábrica de Portas decide en diciembre de 1903 integrarse en la Sociedad General Azucarera de España y sería una de las 20 fábricas que cerraron al año siguiente.
Su maquinaria se desmontó en el año 1911 para ser trasladada a otra azucarera de Aragón y las instalaciones fueron utilizadas como almacén de una explotación agraria durante muchos años.
El Ayuntamiento de Portas compra las instalaciones en el año 2003 y procede a su rehabilitación, conservando en ella buena parte del edificio original.
Localización:
Bibliografía: https://portas.gal/
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