A tan solo 9 kilómetros de la frontera de Tui, en la localidad de Cerdal podemos encontrar un conjunto de molinos rehabilitados a orillas de un pequeño río que nace en las montañas de Gandra e Taião.
Muy cerca está la Cascata da Grova, de hecho es el mismo río que la alimenta.
Para acceder hasta este curioso conjunto de molinos debemos hacerlo por el pueblo de Bade, desde el campo de tiro abandonado (ahora pista de aterrizaje de parapente) de Cerdal, también hay una pista que baja hasta ellos, pero está cerrada la entrada al final con una cancilla metálica.
Y es que aunque parezca mentira, todo esto es una finca particular. Su artífice es Jaime, un vecino de Tui que una vez jubilado compró una por una las horas de molienda de cada molino a los vecinos, ya que se trataba de Molinos de herederos, aunque la mayoría ya en ruinas.
Desde al año 2011 está rehabilitando el lugar y es casi como un museo al aire libre con puentes de madera, cruces de hierro, baldosas con los nombres de cada molino, fuentes, esculturas... y muchos, muchísimos objetos antiguos que él ha ido rescatando de sus viajes.
Merece mucho una visita, además encontraréis a Jaime que con mucho gusto os enseñará todo lo que ha hecho y todavía sigue haciendo, porque como él dice: "aquí nunca se acaba". Jaime el Galego como es conocido allí.
Al final de las casas del pueblo, ya encontraremos el camino de acceso con un pequeño aparcamiento entre cerezos y robles.
Os recomiendo hacer la visita con calma, cada piedra, cada rincón tiene su arte impreso con multitud de detalles.
Tras pasar un gran arco a modo de acueducto para llevar el agua a los molinos, entramos en la aldea en la que veremos 2 aserraderos, 10 molinos y 4 cortes de animales que datan del siglo XVIII, siendo la construcción más antigua de 1749. Todo restaurado con gusto y procurando mantener la esencia del lugar.
"Conjunto histórico rural - Aldeia dos Moinhos de Bade" que así es como le gusta llamarlo a su creador.
Una vez recorrida toda la parte alta de la izquierda, nos toca bajar hasta el regato de Cerdal, situado a la derecha con una zona para el baño que es aprovechada por los vecinos que amablemente deja pasar Jaime.
Atravesamos el río por un puente de madera y comenzamos el Caminho do Moleiro aguas arriba, pasamos por el Ponte do Rato y ascendemos la colina por los caminos habilitados entre los molinos.
Pasamos por el Moinho do Souto entre otros, en los que podemos ver su fecha grabada sobre la piedra de la puerta.
Viendo todas estas estancias rehabilitadas y sus jardines tan cuidados, nos recuerda a la
Aldea de Couso Galán en Ourense, aunque en menor escala. Desconozco si la idea de su dueño era en un principio la rehabilitación con vistas al alquiler como turismo rural, pero al comentárselo en nuestra visita él lo descarta.
A la altura del Mirador Alba descendemos hasta el río de nuevo y nos encontramos con dos pequeñas cascadas, a unos 100 metros una de la otra.
Y regresamos hasta nuestro punto de partida pudiendo hacer la ruta circular atravesando el río.
Todo el recorrido no es más de 1 kilómetro, pero son tantos detalles para ver que nos ha llevado unas dos horas tomándolo con calma.
Aquí os dejo una compilación de todas las fotos del lugar como resumen:
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AQUÍ.
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