Freixas, abanqueiros, cachóns, cadoiros, fervenzas, ruxidoiras, saltos, mergulleiras, arroyadas, cascadas, caídas, hervideros, seimeiras, saltos, torrenteras...
Multitud de formas para nombrar las caídas de agua que los ríos nos dejan en Galicia, unas más altas y otras más bajas, pero no sin ello aportar belleza a todo el entorno; y un ejemplo de ello lo tenemos en Forcarei con la llamada Freixa da Chamosa.
Chamosa es una pequeña aldea rural situada a unos 700 metros del centro de Forcarei, donde a día de hoy sus gentes todavía viven de la ganadería. Al acercarnos hasta allí veremos grandes extensiones de terreno dedicadas a pasto para el ganado, grandes praderas verdes que nos hacen desconectar de la gran ciudad y del asfalto en el que vivimos.
A pie de carretera en el centro de la aldea ya veremos una señal de madera que nos indica el acceso hacia la fervenza. Es donde deberemos dejar el coche y continuar a pie entre varias casas, algunas en estado ruinoso pero que guardan gran belleza.
Para los que somos del sur de la comunidad, nos sorprenderá ver como las piedras utilizadas ya no son grandes perpiaños de granito, si no pequeñas piedras acomodadas con gran arte formando muros de "cachotería" como si de un puzle se tratase. Estamos en tierra de grandes canteros y eso se demuestra a cada paso que damos.
Comenzamos a descender el estrecho camino y nos encontramos con un lavadero rehabilitado a nuestra derecha y otra señal de madera que nos indica nuestro destino final.
El sendero hasta el Rego de Sorribas tan solo son unos 500 metros, pero de gran belleza, veréis 😀
Caminaremos en todo momento por una "corredoira" empedrada, aunque en algunos tramos la han acondicionado echando gravilla encima. Es más fácil andar, si, pero se pierde su esencia y originalidad.
Los últimos metros serán un estrecho corredor entre altos muros de piedra cubiertos de musgo y vegetación de gran belleza, con las raíces de los árboles buscando salida.
Y con el rugir del agua de fondo, llegamos a una pasarela de madera para cruzar el Regato de Sorribas, y a nuestra derecha la cascada y dos molinos rehabilitados.
Hay dos saltos de agua, para ver el segundo deberemos subir tras los molinos y acceder.
Las fervenzas no son demasiado altas pero la vegetación y árboles autóctonos hacen de este paraje algo singular. ¡Qué alegría no ver eucaliptos por ningún lado! 😀
Desconozco la fecha de acondicionamiento de la zona, pero todo parece bastante nuevo, a lo sumo dos años hará de las obras.
Ahora solo nos queda desandar nuestro camino para regresar hasta la carretera. La ruta no es muy larga como habéis visto, pero en el Concello de Forcarei hay muchas más cosas para ver.
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