La historia industrial de la villa de Bouzas no se puede entender sin la saga familiar de los Freire, que inician su actividad empresarial en 1895 con Paulino Freire Piñeiro a la cabeza del astillero "Construcciones Navales P. Freire".
Familia con muchos descendientes que cogen el legado empresarial ocupándose de diferentes divisiones dedicadas a la construcción naval y la pesca fundamentalmente, hasta que en 1943 Manuel Ramón Freire Gestoso cambia un poco las tornas y funda una fábrica de máquinas de coser en su Bouzas natal.
Refrey, que es el apellido Freire al revés, fue todo un referente en un momento en que las máquinas de coser no estaban destinadas al uso doméstico, e hizo que a un precio asequible, miles de hogares españoles pudiesen tener unos ingresos extras, ya que muchas mujeres se dedicaron a coser prendas para uso propio e incluso para fuera.
La empresa dio trabajo a más de 500 personas teniendo comerciales repartidos por toda España. Fue todo un referente con sus máquinas universales de coser en zigzag de gran velocidad con lanzadera rotativa y en 1952 obtuvo un diploma de honor en la Feria Internacional de Saarbrucker.
En la misma fábrica se diseñaban las piezas y se preparaban los moldes ya que contaba con fundición propia donde se fabricaban todos los componentes necesarios desde la carcasa hasta las piezas más pequeñas.
En esa época, otras empresas de máquinas de coser inician su andadura en el mercado español como la estadounidense Singer y la alemana Wertheim, fundada en 1860 que crearía una filial en Barcelona dando lugar a "La Rápida". Pero tras la II Guerra Mundial los excesivos aranceles hacen que estas empresas tengan problemas y serían empresas nacionales como Alfa o Sigma los que entren en el mercado junto a la competitiva Refrey.
Había una gran demanda y espacio para todas. En torno a 1965, España producía 300.000 máquinas de coser siendo el tercer fabricante europeo tras Italia y Alemania, siendo una gran parte destinadas a la exportación.
Refrey comienza a fabricar máquinas para uso industrial dejando una cuota pequeña para la producción de máquinas de coser domésticas.
A mediados de los años 70 surgen problemas en el sector y comienzan los conflictos laborales para las cuatro fábricas ubicadas en España. Sería en 1992 cuando la familia Freire decide dejar la actividad tras una gran crisis.
Los trabajadores forman una Sociedad Anónima Laboral al serles cedidos los derechos de la fabricación de las máquinas, bajo el nombre de Marcofrey instalándose en una nave en Mos. Estarían trabajando 100 personas desde 1996 hasta 2007 que se vieron obligados a cerrar por falta de ventas.
En el solar que ocupaba la empresa en Bouzas, ahora hay nuevas calles, edificios de viviendas, plazas, restaurantes y jardines... y hasta un "encuentro imaginario" en bronce de los escritores Valle Inclán, José Saramago, Otero Pedrayo y Álvaro Cunqueiro del escultor Buciños; como ajenos a la importancia que tuvo la empresa en otra época, aunque aquellas máquinas fabricadas en Vigo, siguen siendo todavía un referente mundial y muy valoradas en los mercados de segunda mano.
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