Había oído muchas veces que la Fervenza da Cidadella o también conocida como "Fervenza das Olas", era una de las cascadas más espectaculares de Galicia. Ahora que la he visitado, os puedo asegurar que sí. Es impresionante su caída de más de 30 metros de altura,
el valle en el que está encajada en plena Sierra de Penas Libres y toda la ruta que la rodea con sus pasarelas y miradores.
Se encuentra en el municipio de Vilardevós, casi casi haciendo frontera con Portugal, y para llegar hasta allí lo podemos hacer por la autovía A-52 cogiendo la salida de Verín, luego ir hacia Vilardevós continuando hasta Soutochao. Desde la salida de la autovía hasta nuestro destino hay 21 kilómetros.
En el pueblo de Vilardevós está el Centro de Interpretación del Contrabando, que es un aula didáctica en la que podemos comprender la importancia que tuvo en esta zona el tráfico de mercancías de todo tipo en épocas de escasez. Pero ojo con el horario porque los sábados y domingos está cerrado.
Hay varias rutas de senderismo que se pueden hacer por la zona. Una de ellas es ir andando hasta la fervenza desde el área recreativa que está al lado de la carretera saliendo del pueblo de Soutochao.
También se puede hacer la Ruta del Contrabando de mayor longitud.
Pero para hacer la ruta de la fervenza iremos directamente al área recreativa de A Cidadella donde buscaremos sitio para dejar el coche en el arcén de la carretera, porque no hay aparcamiento. Desde aquí hay dos opciones y veremos varias escaleras de bajada hacia el río desde la carretera.
Como hay bastante pendiente, os diré la que hicimos nosotros que me parece la más sencilla, aunque normalmente la gente la hace al revés. Primero nos dirigimos desde el área recreativa al mirador do Castelo.
Desde aquí ya vemos desde la parte alta el regueiro do Pontón que discurre encajado bajando sin pausa entre las rocas y la gran fervenza.
El mirador está sobre unas rocas y lo rodea una barandilla metálica que en su parte baja podemos ver una palloza y un banco de piedra que invita a disfrutar de las vistas.
Desde aquí seguiremos el camino marcado con una barandilla de madera descendiendo zigzagueante hacia el río.
Atravesamos el río por pasarelas y puentes de madera, vemos por el camino varias pequeñas fervenzas hasta llegar a la parte baja de la gran caída de la Fervenza da Cidadella.
Como metida en un gran pozo está esta impresionante caída de agua en la cual nos quedamos un buen rato escuchando el rugir del agua en su caída entre las piedras. Es impresionante!
En la parte izquierda de la cascada hay unas empinadas escaleras metálicas que deberemos subir para continuar la ruta. Dan un poco de vértigo y si baja bastante agua incluso te salpica, pero merece la pena incluso pararse a mitad del camino para contemplar semejante belleza de la naturaleza.
Ahora ya en la parte de arriba seguimos el sendero siempre al borde del río rodeados de árboles donde parece que no existe el sol y se para el tiempo.
Más pasarelas, puentes y miradores, hasta llegar a un cruce de caminos que elegimos si seguir por la parte baja la ruta al lado del río o ascender hacia la carretera y regresar. Nosotros seguimos el sendero porque quedamos fascinados a cada paso...
y pronto llegaremos a otra área recreativa con bancos, barbacoas, una fuente y varios molinos de agua
bonito lugar para tomar un descanso antes de proseguir
aquí vemos unas señales de madera que nos indican que podemos seguir hacia arriba por la Ruta del Contrabando o atravesar el río por un puente de madera hacia la carretera.
Elegimos salir hacia el asfalto y descender hasta donde hemos dejado el coche.
Parece una ruta larga y complicada, pero os aseguro que no lo es. Es bastante fácil de seguir, aunque con bastantes escaleras, y tan solo son 2 kilómetros escasos. Os aseguro que merece la pena.
Localización del punto de inicio de ruta que os he indicado:
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