Ruinas del convento de Mosteiró en Cerdal


En la freguesía de Cerdal, concello de Valença do Minho, es donde se sitúa el conjunto que vamos a describir en este post. Se llega fácilmente siguiendo las indicaciones que nos encontramos desde el pueblo de Cerdal, una vez abandonada la general Valença-Cerveira N 13.

Ascendemos hasta el alto da Grova y antes de llegar al lugar, pasamos por un área recreativa muy coqueta que cuenta varias mesas de piedra y un pequeño sendero a pie nos lleva hasta unas pozas y una pequeña fervenza (cascada), para pasar un rato agradable.
A 400 metros ya llegamos al promontorio donde hay un pequeño espacio para dejar los coches, frente a una barandilla que hace de mirador. A nuestras espaldas una gran cruz moderna delante de la iglesia que es la única parte que se encuentra en buen estado del conjunto.


Un gran muro de mampostería con gran altura rodea toda la finca que algún día estaría labrada y libre de la gran maleza que hoy la recubre. A la izquierda de la iglesia se vislumbran las ruinas de lo que fue el convento. Nos acercamos para verlo más de cerca y la tristeza nos invade, qué pena de edificio, maleza y más maleza es lo único que podemos ver, y alguna piedra labrada que sobresale queriéndonos enseñar la riqueza del lugar en otra época a través de un arco de entrada.


La iglesia pertenece a la cofradía de Nuestra Señora de Mosteiró y el edificio del Convento pasó a manos particulares hace muchos años siendo en la actualidad propiedad de varios herederos.


Según hemos podido leer en la página de Turismo de Portugal, aquí existía una pequeña capilla con una imagen de la Virgen que era protegida por los eremitas que allí habitaban. En las guerras contra los moros, los eremitas huyeron dejando el cenobio abandonado en el siglo X, escondiendo la imagen de la virgen para resguardarla de saqueos.
Serían los benedictinos años más tarde los que fundasen un monasterio que abandonarían al poco tiempo, hasta que en el año 1392 se reconstruye al amparo del papa Bonifacio IX ampliando los terrenos para la construcción de una nueva iglesia y el muro de mampostería que lo rodea. A partir de esta fecha fue habitado por varias órdenes religiosas que le harían reformas y añadidos hasta ser definitivamente abandonado en 1834.


Las ruinas que podemos ver hoy, son el resultado de añadidos, encalados sobre la piedra original, bloques de cemento dividiendo las estancias  y un sin fin de mezclas.

La iglesia barroca que vemos es de 1752 y aunque se encontraba cerrada cuando acudimos al lugar, podéis ver el vídeo que os dejo a continuación de Rui Ponte e Sousa del año 2012 para hacernos una idea de como es por dentro porque es espectacular con coro alto en madera, altar mayor con un gran retablo dorado barroco de estilo Joanino, confesionarios empotrados y un gran retablo dorado.


Viendo estas imágenes de hace 6 años, nos damos cuenta realmente de la degradación del edificio 😔
El convento contaba con un gran claustro rectangular con arcos en la planta baja sobre columnas toscanas, en la planta superior se situaban 12 celdas con pasillos centrales. Varias dependencias anexas como sacristía, aseos, refectorio, cocina y despensa.

En la parte alta de la finca están las ruinas de lo que fueron dos molinos de gran envergadura ahora cubiertos por la maleza.


Situación:






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