Vamos hasta la comarca del Deza concretamente hasta Silleda para volver a ver la cascada más alta de Galicia, la famosa Fervenza do Toxa, que ya hacía unos años que no la visitábamos y siempre sorprende su espectáculo de agua, luz y sonido.
Forma parte del Sistema Fluvial Ulla-Deza, rodeados de verdes y agua nos adentramos en un sendero recientemente rehabilitado que parte desde el amplio aparcamiento cerca de la carretera PO-204, pasando la cantera de Campomarzo.
El nuevo sendero que enlaza con el anterior, son unos 500 metros y nos lleva directamente a un cruce donde hacia la derecha iremos a la parte alta de la cascada, al mirador.
En esta parte veremos la impresionante caída de agua a más de 70 metros de altura. También se puede acceder con el coche a esta parte desde otra carretera, pero igualmente deberemos dar la vuelta para acceder a la parte baja.
Una vez llegado al cruce del sendero que antes cogimos, ahora iremos hacia abajo para ir a los pies de la fervenza, a su parte baja, que forma una gran poza de agua. Un ancho camino zigzagueante de poco menos de kilómetro y medio al lado de una canalización de agua que es muy fácil de bajar, pero cuesta un poco más subir 😉
Sin duda alguna, merece la pena todo esfuerzo que hayamos realizado para vernos a los pies de esta impresionante maravilla de la naturaleza en la que el agua cae casi vertical entre las rocas unos 30 metros. Un espectáculo único en épocas de lluvia, aunque no demasiada, porque con mucha agua puede llegar incluso al camino de acceso, donde están las mesas de piedra que vemos al llegar.
Pero el río Toxa sigue su curso encajado en este hermoso paraje mostrando también su encanto si cogemos las escaleras que parten del área recreativa que vemos ahí mismo. Este sendero de unos seis kilómetros de longitud, nos lleva hasta el Monasterio de Carboeiro y en el camino veremos la desembocadura de este río en el Deza atravesando un puente de hierro, pasaremos por Merza con su fantástica playa fluvial de A Carixa, balneario Baños da Brea y por el antiguo camino utilizado por los monjes llegaremos a Carboeiro cruzando el puente medieval llamado Ponte do Demo
Ponte do Demo |
El cenobio vivió su mayor esplendor entre los siglos XI y XIII, para después caer en el abandono con la desamortización de Mendizábal en 1835. Luego pasaría a manos particulares sufriendo varios expolios y derrumbamiento de parte de su tejado. En el siglo XX sería restaurado y abierto al público para su visita desde el año 2006.
Por la parte trasera del monasterio un pequeño sendero a orillas del río Deza también es aconsejable conocer.
Comentar también que hasta el Monasterio se puede acceder directamente con el coche sin necesidad de hacer el recorrido a pie.
Mapa de la zona:
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