Cerca de la ciudad fronteriza de Valença do Minho se encuentra este impresionante lugar a 622 metros de altitud con unas inmejorables vistas al valle del río Miño y unas inmensas rocas con curiosas formas. Estamos en la parroquia de Boivão.
A este lugar mágico en el cual casi tocamos las nubes se le conoce de varias formas:
Castelo de Fraião
Castelo das Furnas
Castelo de Boivão
tres nombres para un mismo destino que al llegar a su cima entendemos como nuestros antepasados han elegido el lugar como punto estratégico de defensa.
Se trata nada más y nada menos que de los restos de un castillo-rocoso-defensivo medieval fundado por un caballero llamado Fraião, que es Froilán en español, entre grandes piedras que hacían de defensa natural, aunque algunos documentos antiguos refieren a la existencia de una estructura de madera sobre las piedras.
Hay una ruta de senderismo llamada "Trilho da Furna" que parte desde Taião hasta la cima, pero a través de una vista adoquinada podemos acceder con el coche desde el centro del pueblo de Boivão. Además está bien señalizado.
A medida que vamos ascendiendo por la montaña, veremos en una de sus laderas varios restos de molinos con canales para el aprovechamiento del agua que baja por la montaña.
El último tramo de pista no está adoquinada pero su firme es bueno y se sube sin problema.
A medida que nos aproximamos a la cima, ya vamos viendo cada vez más de esas enormes piedras que si ahora nos parecen curiosas, esperad a llegar arriba y veréis!.
Una gran explanada con un cartel indicativo y los gigantes molinos artificiales esta vez, nos reciben. Como dato curioso, debajo del cartel indicativo se encuentran unos baños públicos, abiertos, equipados y limpios. Siempre pienso lo mismo cuando me encuentro con estas cosas en Portugal...cuanto tenemos que aprender los españoles!
Detrás de un cercado de tuyas nos espera lo mejor. Una gran pradera entre enormes rocas con mesas y bancos de piedra, barbacoas y hasta una fuente con leyenda que luego os contaré.
Lo recorremos todo, cada rincón nos depara una sorpresa, pequeñas cuevas y pasadizos han hecho durar si éramos más niños todavía que mi hijo 😊
Nos lo hemos pasado genial buscando formas de animales en las rocas como "la seta" con perfil humano, un dragón vigilando, un águila, un delfín...
Nos remontamos al siglo XIII cuando el área comprendida entre los ríos Lima y Miño estaba dividida en siete Juzgados. Uno de ellos era el Juzgado de Fraião que comprendía los actuales municipios de Valença y Paredes de Coura, y su sede militar y administrativa se encontraba en lo alto de la montaña, si, aunque parezca increíble, aquí arriba es donde se situaba, en lo alto de Las Furnas. Primero defensa militar y luego sede administrativa.
La magia se respira en cada paso que das por la cima, y claro, el lugar se presta a ello... a las leyendas...
La gran explanada que encontramos en su entrada, es llamada la "Horta da Rainha" y en ella encontramos una curiosa fuente de agua cristalina que mana de una gran roca; de esta fuente se dice que bebió la "Rainha Aragunta"para no morir de sed cuando se refugió en el Castillo huyendo de su marido.
Y la tradición manda beber agua de esta fuente en la mañana del día de San Juan
Es una de las leyendas que surgen de este entorno. La Reina era envidiada por muchos que de sus sirvientes que inventaban numerosas historias para ponerla en contra de su marido -el Rey-.
Un día una de sus criadas le dijo que al rey le habían llegado muchas acusaciones en contra de ella y que éste al habérselas creído, ordenó matarla.
Entonces la Reina huyó del Castillo de noche para refugiarse en el Castillo de las Furnas.
El Rey al saber de su fuga se enfadó aún más y acompañado de sus hombres partió en busca de la Reina, para darle la condenación que él creía merecía.
Pero ella contaba con el apoyo de un barquero que la ayudó a atravesar el río y hundió la barca para que el Rey no la pudiese perseguir.
Así, la Reina llegó al Castillo, y el Rey cuando llegó ordenó cercar el Castillo para que ella se rindiera o muriera de hambre y sed.
Pero dentro del Castillo la reina encontró una fuente de agua pura que salía de la roca, dándole así más valor y esperanza para resistir. Después de quince días de cerco sin ninguna de las partes rendirse, un águila que había ido a coger una trucha al río Miño, dejó caer la trucha dentro del Castillo de las Furnas. La Reina en vez de aprovechar esta oportunidad para matar el hambre, mandó a uno de sus criados que llevase la trucha al campamento donde se encontraba el Rey.
Cuando el Rey vio la oferta de la Reina, pensó que ella estaba protegida por ayuda divina y cedió, enviando un mensaje para comunicar que la perdonaba y que ella podría volver sin sufrir ninguna represalia. Pero la reina no quiso volver a su castillo, quedando en las Furnas hasta el final de su vida.
Hoy podemos ver un grabado en una de las rocas en recuerdo de la trucha pescada por el águila.
Situación:
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