Al sur de la provincia de Pontevedra, haciendo de frontera natural entre ésta y la de Ourense y como testigo de ello, el río Miño y la próxima Melgaço ya en Portugal, se encuentra el municipio de Crecente.
Por su carácter montañoso tenemos varios miradores con unas vistas espléndidas al río Miño como el de O Coto da Cruz, el de As Fichocas y el del Alto de Guillade.
A parte del padre Miño, tenemos a uno de sus hijos (afluente), se trata del río Ribadil, que atraviesa el municipio. Toda la zona está integrada en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del Baixo Miño, que engloba todo el margen gallego del río Miño desde el embalse de Frieira hasta la localidad de A Guarda.
Además este pequeño río a su paso por este municipio de Crecente también está incluido en el espacio Red Natura 2000.
La ruta de la que hoy os voy a hablar es el Sendeiro do Vilar, circular de 9 kilómetros y 100 metros de longitud y que además de patrimonio etnográfico como molinos, cruceros, capillas y puentes, nos permitirá disfrutar de la playa fluvial de Mandelos y del mágico entorno de la cascada de el Pozo do Inferno.
Tanto a la playa fluvial de Mandelos como al Pozo do Inferno, se puede acceder directamente en coche si no nos apetece hacer la ruta. El primer punto lo encontraremos a orillas de la carretera que une A Cañiza con Crecente justo en la curva antes de entrar en el pueblo de Mandelos, está bien señalizada.
A parte del padre Miño, tenemos a uno de sus hijos (afluente), se trata del río Ribadil, que atraviesa el municipio. Toda la zona está integrada en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del Baixo Miño, que engloba todo el margen gallego del río Miño desde el embalse de Frieira hasta la localidad de A Guarda.
Además este pequeño río a su paso por este municipio de Crecente también está incluido en el espacio Red Natura 2000.
La ruta de la que hoy os voy a hablar es el Sendeiro do Vilar, circular de 9 kilómetros y 100 metros de longitud y que además de patrimonio etnográfico como molinos, cruceros, capillas y puentes, nos permitirá disfrutar de la playa fluvial de Mandelos y del mágico entorno de la cascada de el Pozo do Inferno.
Tanto a la playa fluvial de Mandelos como al Pozo do Inferno, se puede acceder directamente en coche si no nos apetece hacer la ruta. El primer punto lo encontraremos a orillas de la carretera que une A Cañiza con Crecente justo en la curva antes de entrar en el pueblo de Mandelos, está bien señalizada.
No ocurrirá lo mismo para acceder al lugar denominado Pozo do Inferno, que a pesar de haber sido acondicionado en febrero del año 2018 con pasarelas de madera y un mirador, no tendremos ninguna señalización hasta llegar al lugar.
Podemos acceder de dos formas, en coche directamente hasta la pista forestal donde se encuentra la bajada, que bajaremos por una estrecha carretera asfaltada que veremos a la derecha siguiendo la carretera desde la playa fluvial.
La otra opción sería coger un camino desde el barrio de Os Fernández que se encuentra próximo al centro urbano de Crecente. Esta vez será andando por un sendero fácil de recorrer y en el que nos encontraremos además una aldea abandonada, restos de casas de piedra en medio de la vegetación que algún día vivieron tiempos mejores.
Un cruce de caminos nos indica que hemos llegado a nuestro destino, aquí veremos la primera señal que nos anuncia el Mirador y la fervenza, junto a un viejo puente de piedra al que tendremos que bajar para verlo mejor ya que aquí también la vegetación se adueña del lugar.
Al otro lado podemos ver las ruinas de lo que debió ser alguna fábrica que aprovechaba la fuerza del agua para mover su maquinaria.
Bajamos ya por las nuevas escaleras de madera siguiendo el rumor del agua que cada vez se acentúa más prometiéndonos un buen espectáculo.
Varios restos de molinos y encajado en el fondo del barranco vemos el río en todo su esplendor después de las últimas lluvias.
La vista desde el mirador hacia el fondo del barranco por donde discurre zigzagueante el Ribadil, nos hace sentirnos una vez más pequeñitos en medio de la inmensa belleza de la naturaleza.
Localización del Pozo do Inferno:
Podemos acceder de dos formas, en coche directamente hasta la pista forestal donde se encuentra la bajada, que bajaremos por una estrecha carretera asfaltada que veremos a la derecha siguiendo la carretera desde la playa fluvial.
La otra opción sería coger un camino desde el barrio de Os Fernández que se encuentra próximo al centro urbano de Crecente. Esta vez será andando por un sendero fácil de recorrer y en el que nos encontraremos además una aldea abandonada, restos de casas de piedra en medio de la vegetación que algún día vivieron tiempos mejores.
Un cruce de caminos nos indica que hemos llegado a nuestro destino, aquí veremos la primera señal que nos anuncia el Mirador y la fervenza, junto a un viejo puente de piedra al que tendremos que bajar para verlo mejor ya que aquí también la vegetación se adueña del lugar.
Al otro lado podemos ver las ruinas de lo que debió ser alguna fábrica que aprovechaba la fuerza del agua para mover su maquinaria.
Bajamos ya por las nuevas escaleras de madera siguiendo el rumor del agua que cada vez se acentúa más prometiéndonos un buen espectáculo.
Varios restos de molinos y encajado en el fondo del barranco vemos el río en todo su esplendor después de las últimas lluvias.
La vista desde el mirador hacia el fondo del barranco por donde discurre zigzagueante el Ribadil, nos hace sentirnos una vez más pequeñitos en medio de la inmensa belleza de la naturaleza.
Localización del Pozo do Inferno:
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