Desde el mes de Marzo del presente año 2018 el Concello de Baiona colocó una placa conmemorativa en la rotonda de Cabo Silleiro, al lado del "Faro Vello", en recuerdo a los fallecidos en el naufragio del yate noruego "Thalassa".
Aunque el incidente tuvo lugar unos metros más adelante, en la llamada Punta do Lobo, donde hoy está situado el Hotel Talaso Atlántico, fue aquí en esta pequeña playa donde las aguas arrastraron el cuerpo de la pequeña de 10 años de edad Arnhild Utheim, única superviviente del naufragio.
El "Thalassa" había sido construido en 1930 en un astillero de Canadá con la finalidad de viajar desde Toronto a Florida. Años más tarde fue vendido y utilizado como buque de entrenamiento en la Segunda Guerra Mundial, hasta su compra por parte de la familia Karlsen, con la intención de viajar a las Islas Galápagos.
El "Thalassa" había sido construido en 1930 en un astillero de Canadá con la finalidad de viajar desde Toronto a Florida. Años más tarde fue vendido y utilizado como buque de entrenamiento en la Segunda Guerra Mundial, hasta su compra por parte de la familia Karlsen, con la intención de viajar a las Islas Galápagos.
El barco tenía 30 metros de eslora y motores diésel de 200 caballos de potencia.
El 24 de diciembre de 1948, procedente de Noruega, llega al puerto de Vigo donde pasó las fiestas Navideñas.
Su tripulación estaba compuesta por 15 personas entre los que se encontraba la familia Karlsten y la familia Tampa que viajaban rumbo a las Galápagos con el fin de establecerse en el negocio de la salazón.
El 31 de diciembre decidieron reanudar su viaje pero, un fuerte temporal les obligó a buscar cobijo en Cabo Silleiro, donde desafortunadamente, un golpe de mar les llevó contra unas rocas y el barco se partió en dos.
Murieron todos los tripulantes excepto Arnhild Karlsen (ahora Arnhild Utheim), la niña de 10 años que apareció a la mañana siguiente entre las rocas de la playa cercana del Faro. Aquí fue auxiliada por unos soldados del cuartel militar ahí existente y llevada al hospital.
Arnhild acudió a Baiona para la celebración del acto de homenaje y acudió también al cementerio para visitar los restos de sus padres y hermanos que allí se encuentran desde el fatídico día.
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