Cada año durante dos días, las calles del Casco Vello de la ciudad de Vigo se convierten en una gran fiesta popular en la que no falta de nada: mercado, productos de artesanía, gastronomía, juegos, actuaciones de magia y musicales para mayores y pequeños.
Gran ambiente siempre y este año no iba a ser menos. Al coincidir la fecha exacta de la celebración 28 de Marzo, con la Semana Santa, se ha trasladado al siguiente fin de semana 7 y 8 de abril.
Imprescindible recorrer todas las callejuelas del casco viejo donde encontraremos multitud de bares donde no falta una gaita o una pandereta y fiesta, mucha fiesta. Todo aderezado con raciones de empanada, choripán, churrasco, vino, licor café o dulces de la tierra.
Cada vez más gente se anima a ir vestido de época para dar más ambiente a una de las fiestas más querida por los vigueses, y no te asombres si te cruzas con "los franceses" y la gente les chilla y los abuchea. Forma parte de la fiesta.
Para conocer esta celebración, debemos remontarnos un poco en la Historia:
En el año 1808 se inicia la Guerra de la Independencia española llamada también la Guerra del Francés. Un gran levantamiento popular contra la ocupación de las tropas de Napoleón que atravesaban el país camino de Portugal. Esta guerra duró hasta 1814 cuando las tropas se retiraron y el rey Fernando VII pudo regresar a España.
En 1809 el mariscal Soult bajo las órdenes de Napoleón, inicia su marcha hacia Portugal destruyendo al ejército británico a su paso. La ciudad de la Coruña fue tomada por los franceses en la Batalla de Elviña. Soult continua su camino hacia Vigo y manda ocupar también las ciudades de Tui y Baiona.
Vigo era una importante ciudad con 10000 habitantes con un recinto amurallado en el cual estaban incluidas la fortaleza del El Castro y el Castillo de San Sebastián, con seis puertas de acceso: la de A Laxe, O Berbés, Falperra, Pracer, Porta do Sol y Gamboa. Extramuros estaban los barrios del Berbés, Areal, Falperra y los periféricos que hoy en día se conservan como Fragoso, Valadares, Zamáns o Lavadores.
Los hombres habían sido llamados a filas para luchar en Castilla y la ciudad no contaba con los hombres ni armas suficientes para defenderse, por lo que no tuvieron mas remedio que abrir las puertas de la villa y rendirse el 31 de enero de 1809. Los franceses prometieron respetar a las gentes y sus costumbres, pero eso no fue así. Saquearon, maltrataron, mataron... y los vigueses no tuvieron más remedio que organizarse para echarlos fuera.
Los vecinos de los barrios extramuros junto a colaboradores portugueses y británicos, formaron cuadrillas de ataque y el 27 de marzo dicidieron asaltar las murallas ocupadas por unos 1500 soldados franceses.
Los castillos del El Castro y de San Sebastián ya estaban ocupados y desde el mar, las fragatas inglesas Lively y Venus las vigilaban, ya que los franceses intentaban salir de ellos en busca de comida, como lo hicieron con el barrio de la Falperra donde saquearon sus casas.
Y es en la puerta de Gamboa donde se produce uno de los hechos más recordados. Un viejo marinero del Berbés (Carolo) intentó derribar la puerta con un hacha, falleciendo en el intento y continuando con la misión el capitán Bernardo González (Cachamuíña). Al fin lograron derrotarlos y firmaron la rendición el día 28 de marzo de 1809. Vigo había vencido!! Las tropas francesas salieron por la puerta de A Laxe abandonando las armas en la playa y apresados en las fragatas inglesas perseguidos por los vecinos y vecinas.
Vigo queda liberado de 58 días de asedio, convirtiéndose así en la primera de Europa en expulsar al ejército de Napoleón de una plaza conquistada.
Fernando VII otorgó a la villa la categoría de ciudad y el título honorífico de "Fiel, Leal y Valerosa" que luce hoy en el escudo junto con el de "Siempre Benéfica" ganado por la ayuda a los heridos de la Guerra de Cuba en 1899.
Este vídeo de AvMedia creado para el "Bicentenario da Reconquista" en 2009, se resume la heroica batalla y su vital importancia
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