A veces esas cosas que te encuentras por casualidad, son las que más te impresionan. La gente que me sigue sabe que no suelo salir de ruta sin preparar antes las cosas interesantes para visitar, no me gusta perderme nada; pero en esta ocasión, esta "Quinta portuguesa" no estaba en nuestros planes y gracias a la idea de un compañero de fotografía, la fuimos a visitar.
Se encuentra en Arcos de Valdevez y es una gran casona barroca dedicada al cultivo de la vid y producción de vino para su venta. Aunque la casa central no se puede visitar puesto que está habitada por sus dueños, se pueden recorrer sus jardines y viñedos, y si tenéis la suerte de encontraron con su amable casera, os enseñará la histórica bodega con su gran lagar para la "pisa de la uva" que ya es una fiesta ancestral en este lugar.
Lo primero que vemos al llegar es su puerta de entrada blasonada con un gran escudo de la familia y anexa la capilla dedicada a Santa Bárbara.
Varias construcciones independientes que sirvieron de vivienda para la gran cantidad de gente que se dedicaba a trabajar en el lugar. A la derecha del camino, vemos la parte trasera de la casa que se encuentra en estado de abandono, pero siguiendo llegamos a la parte trasera que es la fachada principal de la Quinta. Consta de un gran cuerpo central con doble arco y dos escaleras simétricas en piedra que en ellas podemos ver por su desgaste, su gran historia.
Destaca en el cuerpo central e integrada en el edificio, una torre medieval de planta cuadrada coronada con almenas que está catalogada como <<Imóvel de Interesse Público>> desde 1978.
Al parecer, la propiedad siempre ha estado en manos de importantes familias nobles de la zona, contribuyendo así a su conservación. Los primeros escritos que aparecen en los que consta ya la construcción son de 1288, pasando siempre en manos de herederos que han procedido a sucesivas reformas, siendo su primer propietario fue Gonçalo Lopes de Aguiam -Aguiã, Aguiam, Aguian y Aguião son derivaciones de la misma palabra. Lo que vemos en la actualidad consta que ya estaba construido en 1731.
Su actual propietario el Dr. Simão Pedro de Aguiã, es la 16ª generación y es uno de los pocos viticultores de Portugal que mantiene la tradición de las vendimias tradicionales, y en el mes de Octubre de cada año, abre sus puertas para celebrar la tradicional "Pisada" en el antiguo lagar de piedra.
Según nos relata nuestra guía, la Quinta posee viñas de una excelente calidad produciendo unos 50 mil litros de un tinto típico de la zona cada año, habiendo obtenido 26 medallas de distinción y 15 de oro.
En un lateral hay un gran lavadero de piedra convertido en estanque de peces que nos cuenta esta buena mujer, que antiguamente 4 mujeres lavaban allí la ropa de sol a sol todos los días de la semana, incluidos sábados y domingos.
Como llegar:
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