Carballiño en la provincia de Ourense y bañado por el río Arenteiro, guarda un montón de historia interesante y multitud de rincones en los que perderse y disfrutar de la naturaleza en estado puro. Llevamos varios destinos en mente, y aunque están relativamente cerca todos, vamos a ver si nos da tiempo de todo. Y es que siempre nos cuesta dejar algo atrás 😄
Empezamos nuestro paseo por el centro, y sin dudarlo nos dirigimos al auténtico símbolo de la localidad, el Templo de la Veracruz.
Una obra de arte el gran arquitecto Antonio Palacios, en el que podemos apreciar trazas bizantinas, prerrománicas, románicas e incluso góticas en total armonía. Nos recuerda muchísimo a otra obra del mismo autor que es el Templo Votivo del Mar en Panxón (Nigrán).
Comenzó su construcción en 1943 y lamentablemente su autor no vería acabada su obra, puesto que falleció en 1945. A partir de ahí, su construcción sería por etapas. La torre en 1949, y su inauguración se produce en 1952 aunque le restaban pequeños detalles por terminar.
En su interior se guarda una reliquia de la Cruz cedida en 1901.
Nuestro siguiente destino es el Gran Balneario. No nos olvidemos que Carballiño siempre estuvo ligado a sus famosas aguas termales ya desde la época romana.
A orillas del río Arenteiro y rodeado de unos bellos jardines, se alza el gran edificio que parece sucumbir a pesar del paso del tiempo, ya que algunas zonas las encontramos un poco descuidadas, pero no deja por ello de entreverse la grandiosidad que tuvo que suponer en su época de esplendor allá por el año 1816. Debido a la gran afluencia de público, se realizaron remodelaciones posteriores y a principios del siglo XX, los poderes medicinales de sus aguas de mineralización débil eran conocidas en toda España e incluso en América.
Consta de dos pabellones con ventanas semicirculares y galerías acristaladas muy típicas de las construcciones de este tipo en la época.
Nos perdemos entre sus jardines y árboles centenarios...
Vamos a dar un paseo a orillas del río Arenteiro que como hay varios puentes que lo cruzan, podemos elegir el lado que más nos guste.
Nosotros hemos elegido ir por la Avda. do Arenteiro y luego atravesar el río para conocer la famosa Pena dos Namorados.
Pasamos por el área recreativa de la Piscifactoría y subimos al que se cree que fue un monumento mágico religioso para los primeros pobladores de estas tierras en el Paleolítico. Está formado por un conjunto de rocas de grandes dimensiones con una de ellas coronando la cima queriendo hacer equilibrio a merced del viento y la lluvia. Además en las tareas de acondicionamiento en el año 1996, se encontraron restos de una antigua ermita.
Seguimos nuestra ruta entre carballos y castiñeiros hasta el Parque etnográfico do Arenteiro donde se encuentra el Camping municipal que también cuenta con 6 originales bungalows construidos en forma de palloza castrexa.
Aquí los protagonistas son los molinos de agua, además de poder ver alguno en funcionamiento, el lugar está totalmente acondicionado con carteles informativos de cada uno de ellos y en cada rincón podemos ver expuestos pequeños tesoros de la época como un carro, una bicicleta, rodicios...
Amplia zona verde, parque infantil, bar, restaurante... qué mas se puede pedir!
Cómo llegar:
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