Cabo Silleiro se encuentra vigilante en un extremo de la Ría de Vigo junto con las majestuosas Islas Cíes. En este entorno natural encontramos además de los faros, varios miradores y las ruinas de un antiguo cuartel militar y sus baterías.
Estamos en el límite de los concellos de Baiona y Oia.
Es una zona espectacular que merece la pena recorrer con calma. Aquí te propongo una ruta en coche con sus paraditas para disfrutar de varios puntos interesantes por el camino.
Comenzamos nuestra visita desde Baiona, que por la carretera 552 accederemos directamente al cruce que nos lleva al faro viejo a la derecha y al nuevo a la izquierda.
Iremos hacia la derecha para recordar el que fue, allá por el año 1862, el faro existente en la zona, ahora llamado el faro vello de Silleiro (faro viejo) siendo su primer combustible una lámpara de mecha de aceite vegetal, y en 1909 se sustituye por una de petróleo. Ahora vemos los restos de la edificación de la época excepto la linterna, y aunque ahora está tapiado impidiendo el acceso a su interior, hasta no hace mucho tiempo estaba abierto y se podía subir hasta la azotea.
En sus alrededores se pueden ver los restos de las piezas de artillería que se instalaron al comienzo de la Guerra Civil española que constituían la batería de costa J-5.
Incluso durante esta época, el edificio del antiguo faro fue requisado para albergar un destacamento y luego como cuadra de animales.
Por ello se tuvo que rehabilitar y poner en servicio de nuevo el viejo faro mientras se reparaba el nuevo. Estaría provisionalmente en funcionamiento hasta el 13 de julio de 1925 que ya empezó a trabajar definitivamente el actual faro.
Los atardeceres desde aquí son impresionantes!!! os aconsejo que no os perdáis alguno. Nosotros vamos con asiduidad, ya que nos queda relativamente cerca y nos encanta perdernos por las laderas de sus montes y descubrir cada día algo nuevo. Y es que se encuentra justo en la falda del antiguo cuartel militar J4 y sus baterías de costa todavía visibles montaña arriba.
Desde sus viejas instalaciones tenemos unas excelentes vistas hacia la costa y aquí os cuento un poco más de su gran y apasionante historia, ya que creemos que merece una entrada aparte.
Continuamos ahora hacia Baredo por la misma carretera y enseguida nos encontramos con el Mirador de Silleiro que tras subir unas escaleras de madera en forma de pasarela, nos esperan unas preciosas vistas a toda la comarca del Val Miñor con la ensenada de Baiona como protagonista.
Descendemos por la carretera y vemos una amplia área recreativa con parque infantil, barbacoas y mesas, que aprovechamos para descansar y comer algo.
Por la mismo camino accederemos al pueblo de Baredo para salir a la carretera general justo en el cruce con el restaurante Rocamar y regresar a casa tras un día de grandes aventuras.
Localización:
Iremos hacia la derecha para recordar el que fue, allá por el año 1862, el faro existente en la zona, ahora llamado el faro vello de Silleiro (faro viejo) siendo su primer combustible una lámpara de mecha de aceite vegetal, y en 1909 se sustituye por una de petróleo. Ahora vemos los restos de la edificación de la época excepto la linterna, y aunque ahora está tapiado impidiendo el acceso a su interior, hasta no hace mucho tiempo estaba abierto y se podía subir hasta la azotea.
En sus alrededores se pueden ver los restos de las piezas de artillería que se instalaron al comienzo de la Guerra Civil española que constituían la batería de costa J-5.
Incluso durante esta época, el edificio del antiguo faro fue requisado para albergar un destacamento y luego como cuadra de animales.
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| Foto antigua del Faro Vello de Silleiro |
Por aquí antaño había un basurero, recuerdo perfectamente de pequeña las tardes de domingo de paseo con mis padres y ver humear esta ladera constantemente. Ahora se encuentran las instalaciones de una reciente depuradora que, para mi gusto, parten un poco la armonía del entorno, sobre todo en las vistas que nos ofrece el mirador del antiguo cuartel al que luego vamos.
Pero antes de subir vamos a bajar hasta la llamada playa de los cristales de Baiona y es que la acumulación de ellos que podemos encontrar es impresionante, llegando incluso a tapar la arena. Recomendable ir con marea baja para contemplarla en todo su esplendor.
Cogemos el coche de nuevo e iniciamos la subida hacia el faro nuevo, el gran Faro Silleiro, inconfundible por sus rayas rojas y amarillas que se vislumbran en muchos puntos de la costa de Oia.
El nuevo faro situado montaña arriba se inaugura en 1924, ante la necesidad de más luz para la zona que el viejo no podía aportar. A una altura sobre el nivel del mar de 85 metros, está dotado con sirena, lentes para orientar a los aviones (es aerofaro también), base receptora de dos sistemas diferentes de medición de oleaje y corrientes marinas, emisor eléctrico y desde 1960 tiene una lámpara de 3.000 watios que se puede ver a 40 millas con tiempo despejado. También fue radio faro estando conectado con los faros de Cabo Vilán y Fisterra.
El autor del primer proyecto fue el ingeniero Ramón Martínez Campos y reformado posteriormente por Mauro Serret, quien dirigió finalmente las obras ayudado por el torrero Juan Gutierrez.
Cuando este faro llevaba 5 meses funcionando, la noche del 21 de diciembre tuvo lugar un gran incendio a causa de la caída de un quinqué encima de unos algodones empapados en petroleo. Se encontraban en su interior los torreros Ildefonso Ruíz Mayorga, Antonio Bruno y su hija que no fueron capaces de sofocar el fuego y sufrieron importantes quemaduras. No obstante, dado el fuerte temporal que azotaba la costa esa noche, intentaron poner en funcionamiento de nuevo la lámpara de emergencia sin éxito.
Pero antes de subir vamos a bajar hasta la llamada playa de los cristales de Baiona y es que la acumulación de ellos que podemos encontrar es impresionante, llegando incluso a tapar la arena. Recomendable ir con marea baja para contemplarla en todo su esplendor.
Cogemos el coche de nuevo e iniciamos la subida hacia el faro nuevo, el gran Faro Silleiro, inconfundible por sus rayas rojas y amarillas que se vislumbran en muchos puntos de la costa de Oia.
El nuevo faro situado montaña arriba se inaugura en 1924, ante la necesidad de más luz para la zona que el viejo no podía aportar. A una altura sobre el nivel del mar de 85 metros, está dotado con sirena, lentes para orientar a los aviones (es aerofaro también), base receptora de dos sistemas diferentes de medición de oleaje y corrientes marinas, emisor eléctrico y desde 1960 tiene una lámpara de 3.000 watios que se puede ver a 40 millas con tiempo despejado. También fue radio faro estando conectado con los faros de Cabo Vilán y Fisterra.
El autor del primer proyecto fue el ingeniero Ramón Martínez Campos y reformado posteriormente por Mauro Serret, quien dirigió finalmente las obras ayudado por el torrero Juan Gutierrez.
Cuando este faro llevaba 5 meses funcionando, la noche del 21 de diciembre tuvo lugar un gran incendio a causa de la caída de un quinqué encima de unos algodones empapados en petroleo. Se encontraban en su interior los torreros Ildefonso Ruíz Mayorga, Antonio Bruno y su hija que no fueron capaces de sofocar el fuego y sufrieron importantes quemaduras. No obstante, dado el fuerte temporal que azotaba la costa esa noche, intentaron poner en funcionamiento de nuevo la lámpara de emergencia sin éxito.
Por ello se tuvo que rehabilitar y poner en servicio de nuevo el viejo faro mientras se reparaba el nuevo. Estaría provisionalmente en funcionamiento hasta el 13 de julio de 1925 que ya empezó a trabajar definitivamente el actual faro.
Los atardeceres desde aquí son impresionantes!!! os aconsejo que no os perdáis alguno. Nosotros vamos con asiduidad, ya que nos queda relativamente cerca y nos encanta perdernos por las laderas de sus montes y descubrir cada día algo nuevo. Y es que se encuentra justo en la falda del antiguo cuartel militar J4 y sus baterías de costa todavía visibles montaña arriba.
Desde sus viejas instalaciones tenemos unas excelentes vistas hacia la costa y aquí os cuento un poco más de su gran y apasionante historia, ya que creemos que merece una entrada aparte.
Continuamos ahora hacia Baredo por la misma carretera y enseguida nos encontramos con el Mirador de Silleiro que tras subir unas escaleras de madera en forma de pasarela, nos esperan unas preciosas vistas a toda la comarca del Val Miñor con la ensenada de Baiona como protagonista.
Descendemos por la carretera y vemos una amplia área recreativa con parque infantil, barbacoas y mesas, que aprovechamos para descansar y comer algo.
Por la mismo camino accederemos al pueblo de Baredo para salir a la carretera general justo en el cruce con el restaurante Rocamar y regresar a casa tras un día de grandes aventuras.
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