Una vez que nos desplazamos desde Ponferrada por la sinuosa carretera que nos lleva hasta uno de los pueblos más bonitos de España: Peñalba de Santiago sólo nos queda disfrutar de esta zona privilegiada de la comarca de El Bierzo por su belleza natural y valor histórico,
como es la Tebaida berciana ó Tebaida leonesa donde los primeros ermitaños cristianos buscaron el retiro y el silencio para la meditación, allá por el siglo IV. Sin duda alguna hace honor a su nombre: El Valle del Silencio.
Toda esta zona ha sido declarada en el año 1969 como "paisaje pintoresco" y posteriormente ha sido incluida en el catálogo de Bienes Inmuebles de Interés Cultural como "Sitio histórico".
Nos acercamos al pintoresco pueblo de San Pedro de Montes de Valdueza enclavado en la cuenca del río Oza, y como testigos en lo alto los picos de la Peña del Águila, Fuentefría, El Collado... donde parece que la historia se detiene.
Primero sería San Fructuoso en el siglo VII, luego San Valerio, y más tarde San Genadio, quienes marcarían el inicio de una comunidad monacal en el Valle del Silencio. Muestra de ello es el templo de San Pedro del siglo XIII, y el de Santiago del año 913 y el que hoy vamos a visitar que es el Monasterio de San Pedro de Montes, declarado Monumento Nacional en 1931.
Construido en el año 635 el templo visigótico hoy en día está prácticamente en ruinas excepto su iglesia. Con objeto de convertirlo en un centro de interpretación, se procedió a una restauración parcial en Mayo del año 2017 y que según apreciamos en su parte externa... deja bastante que desear a nuestro parecer, una mezcla de materiales modernos chirrían a la vista.
El pueblo conserva su estado puro con características medievales con una buena y conservada arquitectura popular, callejuelas empinadas, estrechos caminos... que para comprender bien su origen tenemos que retroceder en el tiempo hasta que el monje San Fructuoso llega hasta aquí y funda el Monasterio que sería uno de los más poderosos del Bierzo en cuanto a dominios. Más tarde serían las invasiones musulmanas las que lo dejarían reducido a ruinas y maleza hasta la llegada de San Genadio en el año 895 que procede a la reconstrucción del mismo.
En su testamento hace referencia a la primera biblioteca circulante de la que hay conocimiento.
Una lápida grabada con caracteres mozárabes junto a la antigua entrada del claustro nos recuerda la consagración a S. Pedro de la Iglesia en el año 919, actuando en el acto cuatro obispos entre los que estaba el propio San Genadio que era obispo de Astorga.
Durante los siglos siguientes, épocas de prosperidad y de crisis se entremezclan en la historia del monasterio hasta el siglo XVIII que se produce una recuperación de la vida monacal, y con ello varias reconstrucciones. Destaca la influencia de la escuela gallega de cantería, puesto que la mayoría de los monjes eran de la comarca de Tierra de Montes y de Cerdedo.
Se acogió a la orden benedictina e inicia su declive de nuevo a finales de la Edad Media con la desamortización de Mendizábal acabando convertido en un almacén de maderas. Y por si no fuera poco, en el año 1846 sufre un incendio que reduce a cenizas gran parte de sus estancias, y durante todo el siglo XIX y XX se vería afectado por numerosos robos.
Durante nuestra visita guiada al interior del mismo podemos observar claramente la parte rehabilitada con unas salas para exposiciones que han cubierto de "pladur"... sin comentarios.
Las estancias monacales y el claustro se encuentran en semi-ruina, y detrás de toda la belleza arquitectónica apreciamos canalones y chapapotes de cemento sin el más mínimo cuidado de conservar el entorno.
Recorriendo sus estancias, claustro, bodegas, patios, botica, uno se queda alucinado y nos podemos hacer una idea de la rica vida monacal de aquel entonces. Hasta tenían su propio vivero para anguilas y peces!! Saliendo del conjunto y rodeando su parte exterior la amable guía nos lleva a conocer la Iglesia y su torre que es la parte más antigua que presenta una traza románica del siglo XII mezclada con sus reformas posteriores del siglo XVIII.
Situación:
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