No puedo negar que el misterio que envuelven estos lugares abandonados me llama especialmente la atención. Esta vez os cuento una historia inacabada, lo que podría haber sido y no fue, un gran edificio en un lugar privilegiado que una vez construido, es abandonado a su suerte,
desaprovechando una vez más toda la inversión realizada para que se pudriera en el olvido por idea de algún gobernante de la época que le sobraba el dinero, el dinero de los demás, claro!... os estoy hablando del Sanatorio de Cesuras en la provincia de A Coruña.
Catalogado como uno de los mejores "lugares abandonados con encanto de España" se halla en medio de un gran bosque de pinos y eucaliptos se alza el grandioso edificio de estilo modernista proyectado en 1922 por el arquitecto Rafael A. González Villar, que pretendía ser un sanatorio para tuberculosos por las especiales condiciones que cumplía el lugar en el que está ubicado, altitud, clima, geografía, pureza del aire, sol abundante... y que se paralizaron las obras en el año 1931.desaprovechando una vez más toda la inversión realizada para que se pudriera en el olvido por idea de algún gobernante de la época que le sobraba el dinero, el dinero de los demás, claro!... os estoy hablando del Sanatorio de Cesuras en la provincia de A Coruña.
Había visto muchas fotos en internet del lugar, a cada cual más impresionante, por lo que al fin me he decidido a visitarlo con unos amigos. Una vez llegamos al lugar llamado "Parque del Sanatorio" un inmenso bosque perdido en medio de la nada... primera decepción, habían limpiado el lugar, cortado árboles, desbrozado maleza y arrancado la mayoría de la vegetación que cubría el edificio. A ver, que está bien mantener la vegetación un poco a raya, pero la verdad es que el "encanto misterioso" del lugar se había esfumado en el instante que lo divisamos al final del camino.
El musgo que cubría sus paredes, había desaparecido observando todavía sus manchas en las piedras que un día habitaron.
En 1927 con la asistencia del Obispo de Santiago de Compostela y de varias familias ilustres se colocó la primera piedra de una obra que iba ser costeada por el Estado y núcleos de gallegos de América. Como ya os he indicado, en 1931 las obras quedaron paralizadas, y con el inicio de la guerra civil en 1936 su construcción se dio definitivamente por abandonada al parecer, muy a pesar de las autoridades locales, pasando su propiedad de la Sociedad Antituberculosa al Estado y es a partir del año 1973 cuando su propietario es el Ayuntamiento de Cesuras.
Una vez explorado el bosque y sus fachadas exteriores, nos adentramos para conocer lo que queda del inmueble, que la verdad, se encuentra en un estado más que lamentable. Sólo se conservan la fachada exterior y los muros del interior; escaleras, divisiones, techos, ventanas y balcones están llenos de pintadas de vándalos y la mitad por el suelo. En el piso superior, limpiando un poco los escombros del suelo, aún se puede divisar parte de las bonitas baldosas que lo componían.
En su estructura principal se puede adivinar un cuerpo central que serviría para albergar los servicios generales y salas de uso común y dos cuerpos laterales uno destinado a hombres y otro a mujeres. Hay que recordar que los sanatorios para tuberculosos de la época eran más un Hotel de lujo que una clínica.
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