En la carretera que une Villagarcía con Cambados, y en el concello de Vilanova de Arousa (Pontevedra) concretamente en la parroquia de Caleiro, descubrimos casi por casualidad esta maravilla ya que nuestro destino era Cambados.
Una antigua casona gallega del siglo XVIII a orillas de la carretera que en la puerta de hierro de entrada ya podemos ver la inscripción de Vista Real. Se trata del Pazo de Vista Real y es desgraciadamente conocido por su vinculación a la familia de narcotraficantes de los "Charlines".
Anteriormente perteneció a una importante familia en Arousa, los Martínez de Ourense, pero a la muerte del titular, parte de la finca se puso en venta.
Con magníficas vistas a la ría de Arousa, la finca ocupa una extensión de más de 24 mil metros cuadrados y desde el año 2010 pertenece al Ayuntamiento de Vilanova después de ser adquirida en subasta pública. Aunque ahora sea su titularidad pública y se puede acceder libremente a sus jardines y estancias, guarda un amargo recuerdo entre sus vecinos por su pasado vinculado a las drogas ya que su último propietario fue Manuel Charlín que como recordaremos estuvo en prisión por la famosa -operación Nécora- que compra la propiedad en 1991.
Lo mismo que ocurriría con varias propiedades de la zona como el Pazo Baión que pertenecía al narcotraficante Laureano Oubiña, el Pazo de Vista Real fue intervenido por la Audiencia Nacional en el año 1995, por lo que Manuel Charlín y familia no llegaron realmente a fijarlo como residencia puesto que estaba realizando obras para ponerlo a su gusto. Gusto que distaba mucho de conservar la belleza y patrimonio histórico del lugar, e incluso sin solicitar ningún tipo de permiso, empezó a efectuar reformas con un gusto rococó que supongo que le inspiraría "aires de grandeza". Entre sus chapuzas figura la destrucción de parte de una de sus fachadas de piedra para poner una cristalera o la construcción de unas horrendas buhardillas, o la destrucción de parte de la capilla anexa al pazo.
Tiró con todo su interior e hizo traer de Holanda unas enormes vidrieras para colocarlas en el salón; puso a ambos lados de una enorme chimenea de piedra, dos figuras de niños que según parece representan a sus nietos; colocó también unas farolas en todo el camino de acceso con unos escudos de armas.
Se han acondicionado los jardines, instalado parques, y construido un edificio anexo para ser utilizado como Centro de Día para atención de personas mayores y dependientes.
Nada más atravesar la verja de entrada nos encontramos con unos cuidados jardines con grandes árboles y flores que llenan de belleza el paseo para ver enseguida un estanque con bonitos nenúfares a nuestra derecha, pero el que más nos ha llamado la atención es el que podemos ver a la izquierda del camino, con un pequeño puente de hierro y una mini gruta que hace de mirador sobre la finca.
Seguimos avanzando en nuestra visita por una calle empedrada y vemos una gran extensión de viñedos que aprovechaba la sociedad Vinícola de Sotomayor S.L. hasta que pasó a manos del Estado.
Completan el conjunto un gran invernadero, un palomar, horreo, una pista deportiva, vestuarios y un edificio anexo donde vivían antiguamente los guardas.
En el año 2016 el pazo se convierte en un campus de verano tecnológico ya que se impartieron cursos de formación en robótica para niños.
Cómo llegar:
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