Enclavado en la ruta de los Miradores de nuestro querido y país vecino Portugal, se encuentran las ruinas del Monasteiro de San Fins.
En tiempos fue un monasterio de gran importancia ya que data de los primeros tiempos de la independencia portuguesa y gozó de numerosos privilegios por parte del Rey.
Pasear por el bosque que lo rodea y todas sus ruinas te transporta a la grandeza de la época... y todo a nos diez kilómetros del núcleo urbano de Valença do Minho.
Este convento benedictino es la memoria activa del románico portugués. Se cree que su nombre se debe a una antigua ermita en honor a San Felix que se situaba en este lugar, y sus orígenes se remontan hasta el siglo VI cuando los monjes benedictinos lo construyeron por orden de San Rosendo.
Desde los primeros tiempos de la monarquía portuguesa este lugar gozó de privilegios entre los cuales estaba el hecho de que del Coto de Sanfins no se reclutaban soldados a menos que el Rey en persona fuese a la guerra.
Los registros indican que hacia el año 604 ya debía existir un templo que con los siglos daría fama al lugar.
En el año 1548 Juan III de Portugal lo dona a la compañía de Jesús para que con las rentas obtenidas en él, se construyese un Real colegio en Coimbra para enseñanza de artes, y la mayoría de edificios que se conservan son de esta época.
Se cree que aquí vivió algún tiempo S. Francisco de Borja de dicha compañía e incluso se alojaron aquí los estudiantes de la Universidad de Coimbra mientras estaban en obras en su edificio.
Los Jesuitas estarían hasta 1759 pasando luego sus bienes a manos de la Universidad de Coimbra.
Parte del claustro del siglo XVI |
Con la marcha de los padres Jesuítas, el convento pasó a manos particulares y la iglesia se convirtió en parroquial.
La hermosa iglesia románica, declarada Monumento Nacional en 1910, es a partir de esa época cuando empiezan los trabajos de recuperación como los iniciados en 1931 que comprendieron principalmente la restauración de la iglesia, como sustitución de tejados, transformación del atrio en varias plataformas para nivelar el conjunto, demolición de un campanario que había al norte de la iglesia, demolición de varios anexos como una capilla mortuoria, restauración de ventanas, construcción de un nuevo altar, las escaleras de acceso al frontispicio, colocación de la pila bautismal y reconstrucción de la casa anexa que hacía de sacristía.
Situado en las laderas del Monte Faro entre vegetación y casi olvidado a su suerte, surge en nuestro camino en cuanto nos acercamos por su sendero de acceso. Lo primero que llama nuestra atención es una especie de muralla con un pequeño arco por el que accedemos al recinto. Se trata de un acueducto que dotaba de agua al complejo y que veremos en más puntos del interior.
La hermosa iglesia románica, declarada Monumento Nacional en 1910, es a partir de esa época cuando empiezan los trabajos de recuperación como los iniciados en 1931 que comprendieron principalmente la restauración de la iglesia, como sustitución de tejados, transformación del atrio en varias plataformas para nivelar el conjunto, demolición de un campanario que había al norte de la iglesia, demolición de varios anexos como una capilla mortuoria, restauración de ventanas, construcción de un nuevo altar, las escaleras de acceso al frontispicio, colocación de la pila bautismal y reconstrucción de la casa anexa que hacía de sacristía.
Situado en las laderas del Monte Faro entre vegetación y casi olvidado a su suerte, surge en nuestro camino en cuanto nos acercamos por su sendero de acceso. Lo primero que llama nuestra atención es una especie de muralla con un pequeño arco por el que accedemos al recinto. Se trata de un acueducto que dotaba de agua al complejo y que veremos en más puntos del interior.
Entre la belleza de las ruinas encontramos claustros, soportales, un cementerio, el acueducto, un molino, capillas, dependencias monacales, lagares, terrenos de cultivo, murallas, fuentes, escaleras labradas en piedra, viejas canalizaciones de agua ...
En 1998 se reacondiciona el camino de acceso.
Parte del acueducto que consta de un largo muro con canales abiertos por los que se traía agua al monasterio y a sus huertos desde la montaña.
De su parte posterior surge un sendero ladera arriba que nos conduce a un hermoso mirador con vistas al valle con una cruz que lo preside.
La Câmara Municipal de Valença ha habilitado dos sendas /trilhos que permiten conocer la riqueza que rodea esta joya románica. Uno de ellos es el "trilho Entre mosteiros" que consta de 11 km. desde Ganfei. Otra ruta es la que parte de la capilla de la "Senhora do Faro"
Fuente principal del texto:
Publicación del Centro Interpretativo
del Románico del Valle del río Miño
- 2014 - Ricardo Jorge Oliveira.
Localización:
Lugar telúrico que invade al caminante de una agradable sensación de paz.
ResponderEliminarUn conjunto fantástico sin duda alguna. Saludos
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