Qué ver en tu escapada a la villa termal de Vidago

Qué ver en tu escapada a la villa termal de Vidago

La ciudad de Vidago está muy cerca de Chaves, en el norte de Portugal, fue famosa a finales del siglo XIX y principios del XX por sus aguas minero-medicinales, y seguro que conoces su famoso Palace Hotel que incluso protagonizó una serie televisiva. 

  

Vidago está incluida en la Ruta Termal y del Agua Verín - Chaves - Vidago y además es la primera parada de la Ruta Estrada N2

La fama de los poderes curativos de sus aguas tuvo tanto éxito que entre 1876 y 1889, recibieron premios en Madrid, París, Viena y Río de Janeiro. Era considerada como la "Reina de los balnearios" con aguas carbonatadas eficaces para tratamientos de problemas digestivos. 

Qué ver en tu escapada a la villa termal de Vidago


Cómo llegar


Llegar a Vidago es muy fácil, ya que está comunicada por la A-24 desde Verín en Ourense, con la que puedes enlazar con la A-52.

Pero llegar hasta aquí, no siempre fue tan fácil y en los primeros años del balneario, la llegada de los huéspedes fue un problema, ya que llegaban en autobús desde Oporto y debían seguir por estrechas carreteras o incluso caminos de tierra hasta aquí. 

El tren en Vidago


Todo cambió con la llegada del ferrocarril en 1910 con la línea que unía Vila Real con Chaves. Para facilitar la llegada de los turistas, se construye la estación y dos apeaderos más, que rápidamente se llenaron de hoteles de lujo cerca. 

Este tramo de vía cerró en 1990, pero una vez desmanteladas las vías, se convierte en la Ecovía Tâmega-Corgo, un espacio estupendo para caminar o pasear en bici, además se rehabilitaron los edificios de la estación, hoy Balneario Pedagógico de Investigación y Desarrollo de Prácticas Termales de Vidago.

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En él podrás recibir tratamientos relajantes, termalismo y terapeúticos. Para ello tendrás que esperar a la época termal para que abran, que será desde principios de Mayo hasta finales de Octubre. 

A las afueras de la ciudad, estaba el apeadero de Salus con uno de los hoteles de lujo de la época al lado, luego hablaremos de ellos. 

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En el núcleo urbano y también cerca de otro hotel de lujo estaba el Apeadero de Campilho.

Fonte Campilho


En la Quinta do Revolar está Fuente Campilho con la embotelladora de agua vieja y la nueva, ya que siguen vendiendo su agua gasocarbonatada y está considerada como una de las mejores de la península. 

Sigue las indicaciones, entra en la finca, aparca el coche y frente al aparcamiento verás una entrada a la embotelladora nueva y ahí una amable señora te dará a probar la famosa agua con gas totalmente gratis. Tienen sus productos para vender por si te apetece. 

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Justo enfrente, entre la arboleda ya verás la vieja embotelladora que puedes visitar sin problema. 

Es un palacete precioso con la arquitectura señorial de principios del siglo XX. 

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Está en ruinas y con zonas con grave peligro de derrumbe. La señora nos dijo que hay un proyecto para rehabilitarlo. Ojalá se lleve a cabo, porque es precioso!

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Se pueden ver las preciosas vidrieras y baldosas, el naciente original, maquinaria de la fábrica antigua y en uno de los pasillos, una colección de carteles con fotos de cuando funcionaba. 

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Fue descubierta en 1882 por el propietario de la finca, Augusto Morais Campilho. Al año siguiente ya era vendida en farmacias por sus conocidas propiedades medicinales. Será en 1897 cuando la finca la compra Cândido Sotto-Mayor, quien explota el manantial y ordena la construcción del lujoso edificio.

Palace Hotel y Parque Termal

 
Este opulento y lujoso palacio fue construido en 1908 para ser la residencia del rey Carlos I  y su séquito durante sus estancias en la villa termal, que eran muchas al año ya que le encantaban los beneficios de sus aguas, al igual que lo hacía su padre Luis I. No llegaría a utilizarlo por su asesinato ese mismo año.  

Al más puro estilo de la Belle Époque, se convirtió en un destino termal de lujo no solo para familias pudientes de Portugal, sino de toda Europa e incluso de sudamérica.

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Aunque no estés alojado en el hotel, se pueden visitar sus jardines gratuitamente, eso sí, siempre con discreción como te dirá el guardia de seguridad de la puerta de entrada al recinto. 

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Sus jardines son maravillosos y no precisamente pequeños, por lo que dedícale tiempo para recorrerlos porque realmente merece la pena. Tiene grandes árboles de diferentes especies como magnolios, plátanos, camelios, acebos, pinos... y plantas exóticas, además de un gran lago, templete de música y varias edificaciones siguiendo un estilo arquitectónico de palacete francés, con diferentes usos, como la antigua planta embotelladora que con la última reforma se convirtió en el Club House de Golf

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Edificio ligado por supuesto, a su gran campo de golf  de 250 hectáreas que cuenta con 18 hoyos y en el que se hacen campeonatos internacionales. 

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tiendita de regalos

Podrás probar la famosa agua de Vidago directamente de uno de los manantiales donde nace, que está en un edificio precioso de estilo Art Nouveau, muy bien cuidado, con galería y balcón de reposo para degustar las aguas. Se conoce como la Buvette de Vidago 1.

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Su interior es todavía más bonito

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Son aguas minerales frías, naturalmente gasificadas, hipersalinas, bicarbonatadas sódicas, alcalinas, ferruginosas y gasocarbónicas, indicadas sobre todo para patologías reumáticas, musculoesqueléticas, piel, sistema nervioso, aparato digestivo y respiratorio. 

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También están otras fuentes dentro de otros edificios como la buvette Vidago 2 construida en 1906, con  cúpula de cuatro ventanas, y la buvette de Salus, de construcción algo posterior a la I Guerra Mundial, con gran portada clásica en piedra y un interior de ambiente industrial de esa época. Éstas las encontramos cerradas, solo puedes beber agua de la primera. 

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En el 2006 se cierra el palacio y se vuelve a abrir en el 2010 como Hotel 5 ⭐ tras una gran reforma para adaptarlo al lujo actual conservando elementos palaciegos como escalinatas de madera, muebles de época, vidrieras o baldosas pintadas a mano. Tiene 70 habitaciones que van desde la categoría Privilege, Superiores, Deluxe y Junior Suites. Cuenta con zona balnearia con un completísimo SPA, 4 restaurantes, 4 bares, biblioteca, gimnasio, 2 piscinas, taller de actividades, y salas para conferencias. 

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Iglesia parroquial


Saliendo del lujo del palacio y siguiendo la avenida Conde Caria hacia el centro, nos encontramos en un cruce de caminos con la Iglesia de Nossa Senhora da Conceição construída en la primera mitad del siglo XX al más puro estilo románico.

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Alto do Côto


En lo alto de una colina en el núcleo urbano está la Torre del Reloj y la Capilla de Santa Eugénia, que según reza en un monumento, fue edificada por voluntad y empeño de Eugénia Campilho Montalvao, Santa Eugénia - nacida en Vidago en 1844 y máxima benefactora. Se han identificado con placas metálicas 5 lugares simbólicos en su vida, esta ruta por el casco urbano es llamada "Camino de una Vida".

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Las vistas al pueblo desde aquí arriba, no te las puedes perder. 

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En el casco antiguo de la Villa merecen mención la Casa-Museo João Vieira, la Capela do Cabo o el Solar dos Machados y espacios urbanos como el Largo do Olmo.  

Hoteles abandonados en Vidago


En Vidago llegaron a funcionar simultáneamente más de 5 hoteles, pero no hostalitos  pequeños con 3 habitaciones que también los había, no, edificios de varias plantas con todo tipo de servicios para los huéspedes de la época. Hoy sus ruinas, en peor o mejor estado, los podemos ver repartidos por la localidad. 

Quizá te suenen algunos porque aparecieron recientemente en el programa de "Cuarto Milenio". 

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Como la mayoría de visitantes llegaban en tren, sería al lado de su estación y apeaderos donde estaban los hoteles. 

Este es el caso del Hotel Avenida, justo frente a la estación, que se construyó en 1911 con 80 habitaciones de lujo que contaban con baño privado con bañera y luz eléctrica, algo impensable para las casas de entonces. Cerró en 1997 tras soportar varios años de pérdidas al disminuir la demanda de curas terapéuticas y no poder afrontarlas, al igual que le pasarían al resto que iremos viendo.

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El Hotel Salus estaba cerca del apeadero del mismo nombre, y viendo su magnitud, nos podemos hacer una idea de la gran popularidad de la villa a principios del siglo XX. Se inauguró en 1918 con casi 100 habitaciones lujosamente amuebladas que competía con el cercano Vidago Palace. Tenía un balneario en la primera planta con cuarto de duchas, cabinas para baños de inmersión alcalinos y carbonatados y para baños depurativos, así como una sala para masajes manuales o vibratorios. 

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En 1930 pasó a llamarse Hotel del Golf. Sufrió un gran incendio en 1967 que lo destruyó por dentro casi por completo, quedando su estructura y el tejado. Nunca se restauró y sus ruinas se han ido deteriorando con el tiempo y algún que otro vándalo.  

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Lindando con la iglesia parroquial y el apeadero de Campilho, se puede ver la gran finca que ocupaban los jardines del Grande Hotel, cuya entrada principal está en la N2.

Fue el primer hotel de la ciudad impulsado por la creciente necesidad de alojar a las personas que acudían al balneario. Se inauguró en 1874 con 50 habitaciones y el rey Luis I sería uno de sus huéspedes en sus inicios cuando acudía a sus tratamientos. Tal era su fama que a principios del siglo XX se quedaba pequeño para la gran cantidad de agüistas que acudían. Daría comienzo así al proyecto de construcción del 2º hotel, el Palace Hotel.

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Plano urbano de Vidago: 


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Bibliografía: 
locaisesquecidos.webnode.pt 
travelvir.com 
avivar.pt

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